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lunes, 27 de octubre de 2014

Universidad de Chile 2 – Palestino 1

Este era un partido muy delicado en el que perfectamente se podían enredar puntos: no sólo faltaban Gonzalo Espinoza, Sebastián Martínez, Gustavo Canales, Osvaldo González y José Rojas, sino que también debían ejecutarse cambios tácticos ante un rival que siempre es complejo y, para más remate, el cuerpo técnico azul estaba cuestionado por sus malas determinaciones ante el eterno cafiche. Por desgracia, esta controversia se acaba de convertir en preocupación: Lasarte tomó decisiones para el olvido en el segundo tiempo y a la U casi le empatan un encuentro que debió haberse goleado. Y claro, con un dos a cero a favor, bastaba con sacar a Ramón Fernández e incluir a Bryan Cortés, pues con eso se liberaba a Lorenzetti y se equilibraba el mediocampo. En lugar de aquello, el uruguayo optó por sustituir a Patricio Rubio y sumar a Fabián Carmona, cambio incomprensible que le restó preocupación a la zaga rival. ¿Por qué reemplazar a un jugador que estaba teniendo una buena tarde? Los ingresos de Paulo Magalhaes y de César Cortés poco aportaron. Con semejantes resoluciones reinó el desorden y si no es por la exageración pueril de Marcos Riquelme, a la U le cobran un penal en contra quedando 5 minutos y todo concluye en desastre.
Lo único positivo es el resultado y el dominio ejercido en el primer lapso. Lo negativo es todo lo demás, incluyendo el descuento impresentable de Palestino y los imbéciles que detonan bombas de ruido cuando se juega de local. ¿Qué hacer con estas mierdas? ¿Habrá que contratar un ejército de guardias privados?
Tal como ha acontecido durante todo el semestre, los azules terminan sufriendo un partido que parecía liquidado. Las causas de este asqueroso fenómeno radican en la falta de voluntad de un DT que ya debiera tener las cosas claras:
  1. El conductor de la U es Lorenzetti, Ramón Fernández sólo es un suplente costoso.
  2. Debe jugarse con dos volantes de quite. Si están lesionados Espinoza y Martínez, una buena opción son Guzmán Pereira y Bryan Cortés.
  3. Más allá del gol, Enzo Gutiérrez no es un suplente idóneo para sustituir a Canales. No sabemos qué pasa con Sebastián Zúñiga y para que renazca Duma al menos debe sumar minutos.
  4. La U no tiene lateral izquierdo, situación absurda si consideramos la importancia del puesto. Ayer se probó a Joao Ortiz y tal vez deba ensayarse también con Cristian Cuevas, pero ambos son volantes. En cuanto a Cristian Suárez, sabemos muy bien que el cuerpo técnico lo hace jugar con el perfil cambiado, tal cual debió sufrirlo Matías Rodríguez en la era de Pelusso.
De acuerdo a lo anterior, el final del campeonato se ve enmarañado, pues Lasarte escogió el peor instante para equivocarse y dudar. Ahora viene la UC y cualquier cosa puede acontecer.

        

lunes, 20 de octubre de 2014

Eterno Cafiche 2 - U. de Chile 0 (segunda parte)





El desenlace de este partido reafirma mi tésis: este es un plantel que aún contiene resabios de la administración del repulsivo José Chispas Yuraszeck. Aunque Lasarte no es infalible (cometió errores graves en el partido), el mérito de la campaña extraordinaria precedida de un escenario putrefacto, es prácticamente cien por ciento de él. Como diríamos en prosa, el uruguayo ha hecho milagros con un plantel tan solo retocado, mas no corregido del todo. Volveré sobre esto luego.
Otro factor. La historia pesa pues no puede ser casualidad lo que ocurre en el estadio Pinochet Arena. Lo declaró Markarián en su momento: “vi a los jugadores extrañamente nerviosos”. El también DT uruguayo, no tenía pelos en la lengua para declarar con honestidad la verdad. Es profundamente decepcionante conocer el resultado de lo que ocurrirá en esa cancha, antes de jugar. Arbitrajes desastrosos, pánico escénico, juego en falso, ausencia de categoría para confrontar el escenario adverso y superarlo. Ciertamente, el equipo regalón de la prensa demostró que está al mismo o mejor nivel que Universidad de Chile, en términos deportivos sola y obviamente. Sin embargo, esta demostración ha sido coadyuvada por malas decisiones de Lasarte de cara a este partido. Primero, el DT vociferó durante toda la semana que saldría a jugar como en todos los lances anteriores, es decir, buscando el triunfo con intensidad desde el inicio. Pues bien, esto no fue así, de manera evidente. UC, la insistencia en otorgarle protagonismo a un jugador de taca taca como Ramón Fernández es ya a estas alturas, un flagrante error técnico. El único descargo que existe para Lasarte, es que hasta ahora traía campaña casi perfecta insistiendo con esta fórmula. Esperemos que luego de esta dolorosa derrota sea capaz de dar un golpe de timón. Si bien es cierto la U venía consiguiendo resultados positivos, no es menos cierto que culminaba complicándose más allá de lo tolerable. Tercero, la función de Cristian Suárez debería ser revisada y modificada con urgencia. Se trata de un buen jugador, forzado a cumplir una labor incómoda que ciertamente acarrea debilidad en la zaga. Basta de experimentos, hay dos jugadores para ese puesto: Ortiz y Cuevas. El descalabro de esta derrota no es solo la humillación acostumbrada, hubo dos expulsados y Lasarte se verá obligado a modificar la defensa. Es el momento de Benjamín Vidal, jugador que a mi modo de ver no debiera abandonar la titularidad otra vez. Tendrá que ubicar a Suárez en su puesto natural pues ha quedado sin los centrales hasta ahora titulares. Todo indica que Ortiz debería tener minutos (ante su ex equipo por lo demás), y que aunque nos duela, José Rojas debería comenzar a conocer el sector de la banca cuando se alce su suspensión. Ya pasaron por allí grandes jugadores como Paolo Maldini, con profesionalismo y pundonor. Es un proceso normal que debe desarrollarse en algún momento de la carrera de cualquier jugador. Todo hincha azul reconoce la trayectoria y entrega del actual capitán, eso no está en discusión. 
En el mediocampo defensivo no se vio tanto descalabro. Pereira elevó el nivel aunque no lo suficiente para ser protagonista en este compromiso. Perdió balones infantiles y lanzó pelotazos largos e inútiles. No comprendo la sombra en la que se ha situado a Bryan Cortés. Creo que merece oportunidades, es un jugador joven, de buen pie y despliegue físico. La antítesis absoluta de un jugador flácido, fofo y exánime como Fernández que ha tenido demasiadas oportunidades. 
El asunto de los delanteros es un capítulo aparte. He sido majadero al respecto: esta U no tiene delanteros a excepción de Canales, que incluso, no juega al cien por cien de sus capacidades. Ni Rubio ni Ubilla son punteros reales. El primero es frágil, lento, torpe y poco inteligente. Vive enfrascado en reclamos y cuando consigue un gol, tendemos a olvidarnos de su constante. Ubilla, un jugador de cristal, que gravita cero. Claro, de repente consigue encajar un gol imposible aunque la mayor parte del tiempo no aparece o eleva hacia las nubes, estando en área chica. 
Como vemos, hay mucho trabajo por hacer, sobre todo para intentar abrochar lo que hasta ayer era un tránsito con tranco seguro al título. Finalizado el torneo, Lasarte deberá golpear la mesa y deshacerse de jugadores inservibles: Fernández, Gutiérrez, Rubio, Ubilla, César Cortés y Magalhaes (quizá si este último sirve para la banca), a lo menos. Al mismo tiempo, trabajar desde ya para conseguir los reemplazos adecuados. 
Por ahora, controlar la situación para intentar conseguir el objetivo que asoma como una obligación al enfrentar tan solo un torneo, con ventaja deportiva que aún prevalece y abrochar el regreso al terreno internacional, son las metas mínimas de la actual administración.

domingo, 19 de octubre de 2014

Eterno cafiche 2 – Universidad de Chile 0

Era el momento menos indicado para una presentación en falso y aquello, por desgracia, fue lo que realizo la U: Lasarte decidió replegarse en lugar de atacar la lenta defensa de las ratas blancas y cuando quiso reaccionar ya tenía un hombre menos. Pese al mal arbitraje de Osorio, fue el propio DT uruguayo el que facilitó el triunfo del eterno cafiche. En primer lugar, dispuso una oncena sin mediocampo de creación, pues insistió con la presencia de Fernández en desmedro de Lorenzetti, un jugador mucho más inteligente y desequilibrante. Aquello causó que se saliera del fondo a pelotazos y que Gustavo Canales cayera en la orfandad: nunca fue asistido por los tibios Rubio y Ubilla, dos delanteros cuya intermitencia y endeblez hastían. Lo de Fernández es un misterio, pues ya van cuatro direcciones técnicas que se han empecinado en resucitarlo sin éxito. Lo más probable es que tenga una alta productividad durante los entrenamientos, pues de lo contrario no se entiende la obstinación de entrenadores tan distintos unos de otros. Ojalá este sea su último semestre en la U.
Luego está el asunto de Osvaldo González: si venía saliendo de un desgarro en el gemelo era inadecuado que regresara a las canchas justo en este partido. En su lugar debió haber jugado Benjamín Vidal. Para más remate, se hizo expulsar de manera estúpida. La defensa, salvo Corujo, exhibió su tibieza toda la tarde y si no es por Herrera el resultado hubiese sido peor: la zaga estuvo mal en el juego aéreo, despejaba de forma ineficiente y cometió peligrosos errores en la salida. Es urgente una renovación en ese sector si se pretende retomar alguna vez el nivel internacional.
La dupla Martínez-Guzmán Pereira no anduvo del todo mal, pero desgraciadamente el charrúa quedó enganchado en el primer gol. Como habíamos indicado en el artículo anterior, extraña que el DT tenga tan postergados a Joao Ortiz y Bryan Cortés, pues son tipos con buena técnica, quite y saben llegar arriba.
El arbitraje siempre será tema en esta clase de partidos: Osorio debió expulsar por agresiones a Vilches y a Paredes, ambos en el primer tiempo; sin embargo, le muestra doble amarilla a Rojas por una obstrucción. Para qué hablar de las bravuconadas y las provocaciones, si aquello es inherente al eterno cafiche. Sólo debe repararse en el hecho de que los rebuznados “oles” que pretendían humillar a la U eran producto de toques efectuados hacia atrás.     
Veremos si la Universidad de Chile es capaz de levantarse, se ve difícil cuando el equipo enseña su peor versión en un pleito que prácticamente pudo definir el campeonato. El calendario es complejo: Palestino, la UC, Cobreloa en Calama y con la soga al cuello, Barnechea, Ñublense en Chillán y Unión La Calera. Ya no hay margen de error: si los azules quieren lograr el título deben ganar todos sus partidos.
La U aún es una escuadra parchada luego de la nefasta administración de Yuraszeck y hoy día se notó. Por suerte no se está disputando ningún torneo continental.


lunes, 6 de octubre de 2014

Universidad de Chile 2 – San Marcos de Arica 0

El de ayer era un partido clave por cuanto ganar significaba mantener la diferencia con el eterno cafiche, el que para variar había ejercido su alcahuetería en el sur. Además, el pleito serviría para ver en acción a Benjamín Vidal y al uruguayo Guzmán Pereira, sobre quien existían muchas expectativas debido a que, cada vez que ingresaba, aportaba con pierna fuerte y entrega segura del balón. Desgraciadamente, el charrúa defraudó: se vio perdido, falló en casi todas las habilitaciones e incluso dio la impresión de que no fue capaz de resistir la velocidad del juego, causó que Gonzalo Espinoza se extrañara demasiado y sobrecargó la tarea del excelente Sebastián Martínez. Ahora bien, no por eso se le condenará para siempre, recordemos el debut horrible de Cristian Traverso o las inseguridades de un joven Marcelo Díaz, ¿en qué se convirtieron posteriormente?: en deportistas insustituibles. El uruguayo necesita tiempo porque viene de un club acostumbrado a especular.
El primer lapso fue muy delicado, con una U que sólo apareció a ráfagas y a la que le llegaban con mucha facilidad tras perder todos los rebotes y las segundas pelotas en el mediocampo. El tema de los cabezazos en contra ya es insoportable: como ya hemos afirmado, se fue Marcos González y ese factor jamás se solucionó. San Marcos, en tanto, golpeaba impunemente, de hecho casi liquidan a Gustavo Canales, y el árbitro Cristian Andaúr enseñaba al respecto una laxitud desesperante. La oncena nortina, además, contraatacaba masivamente y daba la impresión de que en cualquier momento lograría ponerse en ventaja, aprovechando el desbarajuste azul.
Por suerte, Martín Lasarte es un DT sensato y determinó el ingreso del jugador más inteligente que posee la U en la mitad de cancha: Gustavo Lorenzetti. Él solo dirigió la fase creativa del equipo en el segundo tiempo y así se terminaron los nudos y las estupideces. La gran lección, por lo tanto, es que de no estar Gonzalo Espinoza, la presencia de Lorenzetti es una obligación. Y no sólo eso, Ramón Fernández no puede ser titular, pues no se muestra, retarda los contragolpes, cuando tiene que habilitar a los punteros remata al arco y mal, y cuando tiene que rematar al arco habilita a los punteros y mal. Esta es la gran oportunidad para jugadores como Joao Ortiz y Bryan Cortés, pues cualquiera de los dos está en condiciones de ayudar a Martínez en el equilibrio de la zona media y a la vez apoyar a Lorenzetti en la creación. Veremos qué decide el cuerpo técnico.
Benjamín Vidal cumplió, tiene pierna fuerte y es rápido. Un buen refuerzo que, tras la lesión de Osvaldo González, puede resultar clave. Lo mismo podemos decir de Matías Corujo, excelente incorporación y ayer metió el trancazo sin pudor cuando fue necesario.
Las jugadas polémicas fueron las siguientes:
  1. El jugador que le lanza un rodillazo en la cara a Canales, luego del foul que generó la luxación de su hombro, debió ser expulsado.
  2. Efectivamente, hubo mano de Martínez en el remate que da en el horizontal de Herrera, pero el tiro fue demasiado potente y por eso Andaúr no vio la infracción.
  3. Mientras los payasos del CDF insisten en que no hubo falta sobre Lorenzetti en el tiro libre que causó la ridícula expulsión del arquero rival, para los comentaristas argentinos del FOX la infracción fue alevosa, por atrás y merecía tarjeta. En el colmo de la indecencia, nuestros vulgares periodistas aseguraron que el volante azul había pisado la pelota y que por eso había caído, cosa que nunca ocurrió. Flagrante mentira de estas marionetas indeseables.
  4. Para estos mismos caraduras, el penal que termina desperdiciando Canales tampoco era falta, a pesar de que se observa claramente que el defensa ariqueño golpea el talón de Ubilla cuando éste ya se lo había sacado.
En resumen, el partido se volvió difícil por los continuos yerros en la zona media; San Marcos demostró ser muy veloz en ofensiva pero, por suerte, carente de finiquito y de una condición física estable; después del golpe en el hombro, Canales jugó incómodo pero igual fue determinante en el segundo gol, aunque deberá enmendar la fanfarronería que cometió en el penal; la solución al problema táctico de los primeros 45 minutos llegó desde la banca, con un certero Lasarte y un iluminado Gustavo Lorenzetti, quien demostró estar varios peldaños más arriba que Fernández porque toca y profundiza de primera, precisamente aquello fue el principal agente del triunfo; Ubilla y Rubio cumplieron, pues al menos estuvieron muy movedizos y siempre fueron opción de descarga; y, aunque parezca surrealista, hasta César Cortés aportó lo suyo, aunque hayan sido chiripazos.
Ahora nos preguntamos si después de la lesión de Canales será correcto que la dirigencia azul lo envíe al matadero que lidera Sampaoli, teniendo en cuenta que el próximo partido es contra el eterno cafiche. Creemos que no sería juicioso.