Soslayando el vulgar show en serie que incluyó canciones disonantes e intérpretes inconcebibles, los dirigentes de la U se equivocaron categóricamente en la elección del rival a enfrentar: Nacional es un equipo detestable que no sólo se dedicó a golpear de forma artera, sino que además se consagró a hacer tiempo durante todo el partido. Se supone que un pleito de carácter festivo debe ser protagonizado por oncenas que, efectivamente, otorguen un espectáculo vistoso; sin embargo, con los uruguayos aconteció todo lo contrario porque inexplicablemente decidieron especular y agredir a mansalva. Qué más podía esperarse de un plantel dirigido por Gallardo, la gallina intragable. Por su parte, el árbitro Jorge Osorio cumplió una faena vergonzosa y brindó una hedionda clase de irresolución y pusilanimidad. ¡Osorio, tienes la obligación de proteger a los futbolistas chilenos! Otro imbécil en la lista negra.
Si ya existía una experiencia previa muy odiosa con Nacional en la Copa Sudamericana , fue muy estúpido exponer el físico de los jugadores azules contra la consabida mala intención de un conjunto anodino y rudimentario. El planchazo del retardado de Boghossian a Charles Aránguiz es la confirmación de semejante estupidez: bien pudo haberlo fracturado y la U hubiese perdido a uno de sus valores más relevantes.
Para esta clase de exhibiciones deben escogerse equipos que desplieguen un fútbol más estético: brasileños y colombianos, por ejemplo. Esperemos que los dirigentes hayan aprendido la lección y que la próxima vez dejen la ingenuidad bajo llave.
Pese a que recién está entrando en juego, esta nueva Universidad de Chile mostró muchas cosas interesantes: Sampaoli tendrá más herramientas por las bandas, no perdió la potencia defensiva y obtuvo mayor velocidad en la zona de tres cuartos de cancha, área en la que Pedro Morales podría prevalecer considerablemente. De hecho, este jugador solucionó la única falencia de la U 2011: la ejecución de los tiros libres.
Son muchos los desafíos que tiene este equipo y la vara quedó muy alta, les jugarán de manera sucia y deberá tolerar arbitrajes inmundos. Sin embargo, aunque Sampaoli no esté conforme con lo exhibido ayer, el futuro se ve promisorio: hay más plantel y sólo está pendiente el arribo de un centrodelantero.
A no perder la calma, aunque la prensa bastarda aúlle como hiena y presagie inconvenientes espeluznantes, esta Universidad de Chile está en condiciones de volar tan alto como el año pasado.
Fuerza, amigos azules, y a no dejarse embaucar por los periodistas que inútilmente tratan de ocultar su cola de rata blanca.