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martes, 29 de mayo de 2012

COBRELOA 0 / UNIVERSIDAD DE CHILE 2

Procurando realizar un resumen bastante comprimido sobre los acontecimientos del partido en Calama, nos referiremos a los comentarios espurios de ciertos personajes respecto del excelente momento que vive la U.
La cuenta final del partido de ida por los cuartos de final del extravagante torneo chileno, anotó una superioridad enorme de la Universidad de Chile sobre su rival de turno, Cobreloa. La oncena azul venía de un tenso, apretado y desgastador partido por copa Libertadores. Sin embargo, mostró amplia superioridad futbolística y física, que no se tradujo en un marcador más abultado sólo debido a que jugó “a media máquina”. Debido a la carencia de visión, o quizá derechamente a la torpeza de la ANFP, la U deberá asumir un calendario extremadamente sobrecargado de cara a sus compromisos nacionales e internacionales. Lo anterior incluye por cierto, la exuberante nómina de jugadores azules al seleccionado chileno. Tal como declaró Jorge Sampaoli, el perjuicio para la U es palmario y radica en la estupidez de una dirigencia incompetente. Lo que se aproxima, es una instancia poco frecuente para el fútbol chileno, aunque ya bastante familiar para la Universidad de Chile: semifinales de una copa continental. Este equipo cuenta con armas potentes para enfrentar la instancia: es el actual campeón de Sudamérica, ha deslumbrado al mundo con su fútbol, posee un espíritu de lucha y una convicción concluyente. Independiente del desenlace de esta llave, la U no tiene nada que demostrar y menos a aquellos primitivos que pretenden ningunear los méritos de este extraordinario equipo. Quienes se esmeran en enarbolar los más irrisorios, infames y subnormales argumentos para desmerecer lo evidente, no hacen más que legalizar su nauseabunda condición de chanchos desesperados. Señor “Coca” Mendoza; en primer lugar, ninguna persona con un mínimo de amor propio podría permitir ser llamado “Coca”, desde allí ya partimos mal. Vociferar bagatelas refiriéndose a un club decente, limpio y libre de cualquier artimaña cobarde para obtener ventaja y que más aun, recientemente encajó una lacerante goleada al club del cual se pavonea, confirma la regla del pusilánime incapacitado. No sea tan tardo, asuma un poco de dignidad. Desde acá lo invitamos a Ud. y a su ex técnico croata, a seguir absortos con el presente azul, olvidando por un instante vuestro único y añejo logro internacional. Como la gente de la U es honesta, le reiteramos nuestras felicitaciones por el torneo conseguido hace ya largos 21 años. Deje de transportarse al pasado pues lo hace ver bastante patético. No podemos felicitarlo por los papelones que su ex equipo realizó frente al Estrella Roja en la extinta copa Intercontinental, o el medroso cometido ante el Real Madrid que implicó una goleada de proporciones al flamante campeón de América 1991 (muy semejante a la sufrida recientemente en pastos chilenos), ni menos por su aparentemente olvidada declaración a un periódico, en la que manifiesta su abierto interés por vestir la gloriosa camiseta azul si hubiese recibido una buena oferta. En fin, señor Mendoza, le recomendamos preocuparse del pequeño mundo al cual evolucionó luego de tamaño y rancio logro deportivo, con domicilio en la excelsa farándula criolla.
Cerrado el paréntesis, la U deberá enfrentar 9 partidos de alta competencia en tan sólo 27 días. Confiemos en las capacidades de nuestro cuerpo técnico y jugadores sobre la forma como abordarán tan duro trabajo.
Quien no es azul de corazón, no puede comprender a cabalidad el significado de esta pasión, que trasciende la cancha de fútbol y adquiere dimensiones filosóficas que enriquecen el alma de nuestra familia. Saludos a todos los azules, ¡viva la U mierda!     

sábado, 26 de mayo de 2012

Universidad de Chile 1 (5) – Libertad 1 (3)


La corriente pragmática está imperando en el fútbol europeo, así han caído el Barcelona y el Bayern Munich. Problema de ellos, decimos por acá, en esta incoherente Sudamérica. No en vano nuestros actuales campeones de Copa contrastan intensamente con el tacaño y exitoso Chelsea: el Santos y la Universidad de Chile del 2011 impusieron un juego ofensivo y ornamental que los proclamó vencedores en un continente que, por lo demás, exhibe más paridad entre los adversarios. Doble mérito.
Sin embargo, y por desgracia, este predominio de la elegancia y de la inventiva es inusual, pues en la historia deportiva de nuestra región también ha prevalecido la avaricia. De hecho, la lista de equipos utilitarios es más copiosa que la de aquellos cuadros que exhiben propuestas más estéticas: si por un lado están los vistosos Sao Paulo y Cruzeiro, más los mentados Santos y Universidad de Chile, en la senda materialista hallamos conjuntos como Independiente, Boca Juniors, Estudiantes de La Plata, River Plate, Vélez Sarsfield, Arsenal, San Lorenzo, Peñarol, Nacional de Montevideo y Olimpia. ¿Qué tienen estos últimos en común? Son argentinos, uruguayos y paraguayos. Y aunque también podríamos agregar algunos equipos brasileños más severos y funcionales, como Internacional y Gremio, este pragmatismo repelente parece ser privativo de los rioplatenses y guaraníes. Como siempre es necesario disimular la fealdad, los periodistas utilizan una expresión eufemística para denominar esta indigencia espiritual: la llaman OFICIO. Claro que estos devotos de la indecencia soslayan un detalle significativo: este adulado OFICIO implica vínculos con la corrupción.
Anoche la Universidad de Chile debía dirimir su paso a semifinales con un cuadro que, precisamente, se jactaba de poseer esta estrafalaria virtud. Jorge Sampaoli lo había advertido: este era el rival más complicado que le pudo haber tocado a la U. Libertad es un equipo que ha participado en la Copa Libertadores de manera constante desde el 2003 y lleva DIEZ AÑOS desplegando el mismo libreto: un conjunto con disciplina defensiva que apuesta por el contragolpe y el juego aéreo, que es un especialista en las jugadas de pelota parada y que adecua su sistema táctico al formato del torneo. El periodismo, curiosamente, alaba estas supuestas aptitudes y considera que Libertad es un equipo inteligente. ¡Basta de burradas, manga de vagos! Libertad es un cuadro mezquino que se agrupa atrás y que ataca cuando recupera la pelota, nada más. Su método es simple, prosaico y denota cierta haraganería por parte de su DT: jamás propone, pues se beneficia del trabajo ajeno, sólo se limita a interrumpir el circuito creativo del antagonista y a reservar cambios y energías para tratar de anotar en los minutos finales. Es el máximo exponente del antifútbol y un especialista en la destrucción del juego asociado. Ayer Libertad armó a ratos una línea de 6 precedida por 3 volantes de quite y estuvo a punto de conseguir su cometido, pero Johnny Herrera ejecutó una tapada de antología que, sumada al penal atajado, evitó la injusticia.
Como ya lo señalamos, este venerado OFICIO no es tal si no es combinado con la mano negra de la Conmebol. El arbitraje de Wilmar Roldán fue una basura: debió expulsar a Nasuti por la falta contra Ángelo Henríquez que dio origen al primer gol, pues el joven ariete entraba completamente solo; se hizo el ciego ante una infracción contra Gustavo Lorenzetti que fue penal; inventó faltitas durante los 90 minutos para que los paraguayos levantaran centros al área; dejó golpear más de la cuenta al elenco visitante; validó el autogol de Osvaldo González pese al puñetazo en la cara que recibió el zaguero y, cuando quedaban 30 segundos, desestimó un tiro libre muy peligroso por un claro foul contra Matías Rodríguez, incidente que, para más remate, posibilitó el último contraataque guaraní.
Hasta ahora, la Universidad de Chile ha logrado sobreponerse a este tipo de hampones gracias a una emocionante entrega colectiva y a una estrategia rebelde que va en contra de la tendencia mundial, aquella que privilegia las ratoneras y el miedo. La U siempre es protagonista y no participa de este OFICIO que tanto admiran nuestros retardados periodistas. El cuerpo técnico azul ha sabido congregar el romanticismo y la victoria, sorteando réferis pervertidos y entrenadores miserables, esquivando la mala intención de los competidores locales y la malicia de una ANFP apátrida y chabacana.


martes, 22 de mayo de 2012

UNIVERSIDAD DE CHILE 4 - HUACHIPATO 0


Huachipato entró a jugar un partido de todo o nada y así le fue. Frente a una escuadra azul mixturada, los acereros entraron a matar o morir. Disputaban los balones como si fuera la final de Tokio y se veían particularmente concentrados; tanto, que hacían pensar en la concebida frase esa: si jugaran siempre así, otro gallo les cantaría. Por causa de ese compromiso que el rival de turno aplicaba en el match, los visitantes tuvieron oportunidades claras para abrir la cuenta. Si eso no ocurrió fue porque el debut del arquero Paulo Garcés fue óptimo. El guardameta fue figura y comenzó su etapa azul de gran forma, dejando una buenísima impresión. Como era de suponer, la apertura de la cuenta provocó que los de la usina fueran con todo por el empate y ya se sabe que cuando los equipos se desprotegen atrás la "U" los corroe: bastó que cayera el primero para que llegaran los otros. Algunos titularísimos entraron en el azul para precipitar aquello y dio resultado. Al final, una gran presentación del conjunto, dos goles de Ángelo y el buen debut de Garcés. Además, se terminó con el “cacho” que distraía del duelo por la Copa Libertadores y la "U" concluyó la primera fase como único líder. Ahora viene Libertad este jueves y si los azules no se desconcentran tienen serias opciones de avanzar, ojalá así sea. Luego viene Cobreloa en Calama. La Universidad de Chile va por ambos torneos con argumentos sólidos. Que la suerte la acompañe porque se lo merece de requetesobra.
¡Fuerza compañeros azules! 
¡Jamás los abandonaremos, pase lo que pase!

Por Samuel León


jueves, 17 de mayo de 2012

LIBERTAD 1 – UNIVERSIDAD DE CHILE 1


Antes del partido, Jorge Burruchaga declaró que el principal objetivo de su conjunto era mantener el cero en su valla. Resulta extraño que el DT del equipo que abre una llave de Copa como local declare semejante extravagancia, pues la obligación de todo cuadro que juega como anfitrión es, primero que nada, ganar el pleito, da lo mismo cómo y da lo mismo por cuánto. Sin embargo, una vez comenzados los 90 minutos quedó claro por qué este prócer trasandino manifestó tan austera pretensión: porque sólo juega al contragolpe y a levantar el balón. Establece dos líneas de 4 que ejecutan relevos defensivos y que sólo se proyectan en ataque cuando recuperan la pelota. No propone, sólo espera el error del adversario. Al fin y al cabo, si empata a cero como local y a uno como visita se clasifica, así de simple, y en el peor de los casos define su clasificación a penales. Es la escuela bilardista que fastidió el Mundial de Italia ’90 y que luego se propagó como una plaga pestilente entre los técnicos que se ufanaban de su pragmatismo. Como la tragedia es inherente a la vida, a veces esta mezquindad logra imponerse y las zarpas avaras terminan levantando inmerecidos trofeos.
En la vereda opuesta está Jorge Sampaoli, quien incluso a veces transgrede los límites de la lógica y vuelca su intrepidez de manera temeraria. De hecho, luego de la funesta experiencia en Quito, se creyó que por fin optaría por una línea de 4 cada vez que la U jugara como forastera. Pero no. Imposible. No puede evitar el riesgo y no está dispuesto a cederle ni un centímetro de comodidad al contrincante: la idea es presionarlo y desbordarlo todo el partido.
El problema es que esta clase de torneos son un compendio de artimañas y de maniobras inmorales que no merecen tanta generosidad deportiva. No es justo que la Universidad de Chile arriesgue de forma infatigable mientras el local plantea una estrategia miserable, presenta una cancha indigente, desinfla balones para restar velocidad a la dinámica azul, corta la luz para interrumpir la aclimatación y, como si aquello no fuera suficiente, recibe el auxilio de un arbitraje descabellado y corrupto.
Jorge Sampaoli reordenó las piezas para robustecer la defensa sólo después del gol de Gustavo Lorenzetti y dispuso el ingreso de Paulo Magalhaes, quien otra vez cumplió una faena sobresaliente. Antes del empate, sólo la solidez de Johnny Herrera y el gran desempeño de José Rojas e Igor Lichnovsky evitaron el segundo tanto guaraní. Pero en fin, habrá que acostumbrarse a los sobresaltos porque a este cuerpo técnico le fascina el suspenso. Es parte de su encanto y de su éxito.
El resultado de hoy es muy bueno pero no está dicha la última palabra. Libertad vendrá a plantear el mismo esquema porque al parecer carece de más alternativas, así que se viene un partido muy cerrado contra un equipo violento y especulador. Esperemos que el réferi del próximo jueves esté a la altura de una Copa internacional y al menos no exhiba la ponchera indecente que lució hoy día el uruguayo Darío Ubriaco, de pésimo desempeño: contando con su inoperancia los paraguayos golpearon todo el partido a Charles Aránguiz y a Matías Rodríguez, inventó infracciones para que llovieran los balones detenidos al área de la U y se comió una roja directa cuando el excelente Ángelo Henríquez se metía solo al área y fue derribado por el último hombre. Muy malintencionado y parcial el Tocino Ubriaco. Charrúa de la vieja escuela.
Insistimos, se vienen 90 minutos complicados contra un adversario artero y cínico que despliega en terreno la mentalidad mañosa de su DT. Nótese la similitud de todos los equipos dirigidos por quienes fueron pupilos de Bilardo o al menos pertenecen a su generación: se destacan por su tacañería táctica y por un discurso que jamás reconoce los méritos del contrincante. Durante el ciclo de Sampaoli, la Universidad de Chile ha eliminado al Arsenal de Gustavo Alfaro y al Godoy Cruz de Nery Pumpido, quienes en su momento optaron por amurrarse y desestimar la superioridad azul. Después del partido, Jorge Burruchaga señaló que la U no mereció empatar”. Nosotros preguntamos: ¿acaso fue injusta la igualdad para el único equipo que se arriesgó? ¿Acaso es injusto el empate para un visitante que salió a ganar el pleito jugando con una línea de 3 y que en gran parte del primer tiempo metió al local en su arco? No sea caradura, señor Burruchaga y recuerde que la AFA ostenta dos Copas Mundiales mancilladas por el soborno y la intriga. Eso sí que es inmerecido.
El plantel de la Universidad de Chile, en tanto, se concentrará para salvar la dura revancha que se avecina y al menos podrá desarrollar su funcionamiento en una cancha en la que la pelota se desliza y no brinca, pues acá usamos el chuzo en el campo nomás.

lunes, 14 de mayo de 2012

UNIVERSIDAD CATÓLICA 2 / UNIVERSIDAD DE CHILE 1

Llama la atención que gente adulta se escandalice por los dichos de Johnny Herrera luego del partido frente a las monjitas. Primero, lo toman en serio. Segundo (sin querer ocupé un sinónimo de cruzado), se enojan. ¿Tanto medrado hay que aún no pierde la inocencia? Dejemos de lado a estos impúberes y hablemos del partido.
Las novicias se prepararon para este partido como si jugaran una final. Ese es el grado de expectación que tiene para ellas derrotar a la U, obviando la intrascendencia total del encuentro y la ausencia de la formación estelar de Universidad de Chile, conocida por el mundo entero. La clave del partido se resolvió luego del gol de Igor Lichnovsky. A pocos minutos de éste, una buena y sorpresiva jugada del hincha azul Felipe Gutiérrez, deja solo a la empleada doméstica Castillo (utiliza muy bien la plancha) para empatar. Gol de plancha; si, tal cual, gol de plancha; similar a la que propinó descaradamente a Paulo Magalhaes minutos antes y que quedó impune en las narices de un trío arbitral nefasto. La canilla de Magalhaes quedó con una herida profusa luego de la perversa entrada de la Nana Castillo. Gol encajado producto en parte de una descoordinación defensiva y con alto mérito del bullanguero Gutiérrez. Hasta allí, las novicias de pijama realizaban enormes esfuerzos para revertir el adverso comienzo del partido. Un saque de esquina provoca la surrealista declaración del loquillo Nicolás Trecco, posterior al desenlace de la jugada: “vi el claro y la tiré allí”. Francamente donoso, una declaración para revista de cómic. La evaluación correcta de la incidencia implica reconocer un grueso error de Johnny Herrera, quien confiado pierde el control del balón al intentar apresarlo y éste se desvía formando una trayectoria con destino a la malla de su arco. Gol indoloro comparado con aquellos magistralmente impedidos en partidos importantes. En cinco minutos las novicias ya eran rebeldes. De allí en más, Sampaoli decide realizar cambios radicales y retira del campo de juego a los jóvenes Bravo y Leyton, reordenando la plantilla y consiguiendo el dominio posterior del partido. Ingresaron Felipe Gallegos y Pedro Morales, cumpliendo el primero una muy buena presentación y el segundo, una para el olvido y la más inquietante preocupación.
La U generó algunas ocasiones claras de gol pero no estuvo fina en la definición, es muy evidente y natural que la mente se encuentra concentrada en objetivos importantes.
Aunque no imputaremos responsabilidad al arbitraje por el resultado final, corresponde señalar que el cometido de Gamboa fue vergonzoso. En situaciones determinantes no quiso ver lo manifiesto, nuevamente expulsó a Sampaoli y en la parte final, se comió un penal a Junior Fernándes imposible de interpretar y no ver.
Para terminar, quiero resaltar la patética forma de ver las cosas que tiene la hinchada ursulina, que ciertamente vive en un mundo paralelo. La imagen más elocuente es la del flamante presidente del club, el Sr. Jaime Estévez, quien apenas oye el pitazo final agita sus brazos, con manos empuñadas y con el rostro desfigurado como en uno de sus más memorables orgasmos. Paralelamente en la cancha, los jugadores y cuerpo técnico CACHÓlico brincaban enfervorizados tal como si hubiesen conseguido un título. Y claro, consiguieron uno, el de mediocres lenguaraces. Para darle el broche de oro a la jornada, los pelmazos subieron a las redes sociales de Internet una foto verdaderamente subnormal en la que exhiben dos dedos. Por cierto, los de segundones calificados.
Concluimos reforzando el hecho de que la U se encuentra codeándose con los mejores del continente y por ello, no debía desconcentrarse, menos en un partido inútil. Si se trata de enfrentar seriamente a las novicias disputando algo, ya veremos cuál es el desenlace. Quizá el mismo que jamás podrán olvidar y que ciertamente aún llevan bien incrustado en el recto.
Suerte a nuestro gran equipo en Paraguay peleando el paso a quedar nuevamente entre los cuatro mejores del continente en esta copa. La del año pasado brilla lozana en el Centro Deportivo Azul.
¡Viva la U mierda!    

Universidad de Chile 6 – Deportivo Quito 0


La prensa nacional se dio un festín con la derrota de la Universidad de Chile en Quito e incluso conjeturó una crisis inexistente para generar pesimismo e incertidumbre. En el colmo de la impertinencia, dio a la U por eliminada y vaticinó el fin de la era Sampaoli. En realidad, estas alimañas sólo estaban exteriorizando una miserable y desleal apetencia: que los azules abandonaran la posición de liderazgo que detentan desde el año pasado. Están desesperados por ver caer a la U y eso los hace cometer errores burdos que, al fin y al cabo, sólo causan el cuestionamiento de su honradez, intelecto y educación.
Sabemos muy bien que el periodismo deportivo está plagado de gente rudimentaria; sin embargo, se esperaba cierta solidaridad hacia el club que, después de tanto tiempo, por fin le había dado un título internacional al país. Pues es cierto, hijos de perra de la prensa, cuando los azules alzaron la Copa Sudamericana el periodismo foráneo hizo énfasis, precisamente, en que UN EQUIPO CHILENO había ganado el torneo.
Había un gran detalle que entorpecía esta pretendida fraternidad: la reciente y sádica goleada a Coco-Loco. Después del deshonroso 5 a 0 al equipo de Pinochet no habría ningún indicio de ecuanimidad hacia la Universidad de Chile por parte de este periodismo secuaz, pusilánime e indigno.
En fin, como ya lo hemos señalado, “la prensa deportiva nacional no es un referente válido para los hinchas de la U, jamás lo ha sido y jamás lo será”. 
Luego de la caída en Quito, planteamos que esta clase de tropiezos eran una oportunidad de crecimiento y no una tragedia, que si los azules lograban clasificar salvarían una situación inédita y que de ser así el carácter del plantel se robustecería (http://www.laualdia.blogspot.com/2012/05/deportivo-quito-4-universidad-de-chile.html). Curiosamente, Sebastián Beccacece explicó que después del traspié en Ecuador emplearon idéntico razonamiento para trabajar con el equipo: aquella contrariedad era una ocasión para evolucionar. La oncena estuvo mentalizada en revertir su suerte desde que regresó a Chile y aquello se notó tanto en la cancha como después de la victoria: no hubo algarabías exageradas ni fatuas altanerías, la U es un equipo sobrio que se concentra en la consecución de sus metas.
Jorge Sampaoli estableció una formación insólita para la revancha: el circuito en el mediocampo fue enriquecido con la presencia de Guillermo Marino, para aprovechar su gambeta y así darle más libertad a Gustavo Lorenzetti, y en la retaguardia brilló Paulo Magalhaes, quien tuvo una actuación conmovedora y ganó todos sus duelos por arriba. Pese al optimismo de los hinchas, ninguno esperaba que la Universidad de Chile tuviera la tarea consumada a los 35 minutos del primer tiempo. El ingreso de Sebastián Martínez por Guillermo Marino tuvo como finalidad fortalecer la zaga para no poner en riesgo la clasificación.
El volumen de juego de los azules fue arrollador porque está forjado como un todo y los niveles de dependencia individual son cada vez más bajos. La U es la antítesis de Boca Juniors, cuya supeditación respecto de Riquelme llega a ser dramática.
El arbitraje de Néstor Pitana fue nefasto, se dedicó a cobrar faltitas y dejó sin sanción un planchazo criminal a Ángelo Henríquez y un codazo alevoso a Gustavo Lorenzetti. Sólo el impresionante despliegue futbolístico de la Universidad de Chile hace que estos lacayos no puedan salirse con la suya. Ojo con los arbitrajes que se vienen, no en vano el estadio de Libertad lleva el nombre de su hincha número uno: Nicolás Leoz, actual presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol.
Más allá de este enlace siniestro, el equipo paraguayo es muy difícil, está acostumbrado a jugar en estas instancias hace ya varios años y tiene en la banca a Jorge Burruchaga, un discípulo de Carlos Bilardo, el DT que fue responsable del antifútbol que predominó en los años ‘90.
Esperemos que Jorge Sampaoli acuda a una línea de cuatro defensores para jugar en Paraguay, pues está demostrado que aquello no dificulta el andamiaje ofensivo de la U y, además, no la desprotege tanto en defensa. Así se le ganó a Flamengo en Brasil y a Liga Deportiva Universitaria en Quito. Por lo demás, no es conveniente darles tantas facilidades a equipos miserables que se cuelgan del travesaño y se limitan a contragolpear.
A disfrutar de este momento con tranquilidad y mesura, pues tal como aseguró José Rojas: todavía no hemos ganado nada.

lunes, 7 de mayo de 2012

Sampaoli, la U y las ratas de la prensa


Después de la goleada degradante e histórica perpetrada contra las ratas blancas, los periodistas bastardos que escoltan al equipo de Pinochet se convirtieron en esclavos del resentimiento, del insomnio y de la alucinación. En 5 segundos detectaban el número 5 con sus 5 sentidos: despertaban a las 5, les tocaban el timbre o la bocina 5 veces, descubrían que la estrella de la camiseta azul tenía 5 puntas y que el vecino era fanático de la sinfonía Nº 5 de Beethoven. Tironeándoles las mangas 5 veces, sus hijos les preguntaban: ¿papá, qué olor tiene el 5? Y a ellos no les quedaba más remedio que responder: olor a goleada. Entonces una lágrima ácida les ensuciaba la punta de sus zapatos. 5 dedos hay adentro del zapato, pensaban.    
Luego, dominados por el rencor e hilando babas ponzoñosas, se enclaustraron en sus gallineros para organizar una despreciable campaña en contra de la Universidad de Chile. Para eso necesitaban que la U perdiera, pues de lo contrario sus chillidos no tendrían sentido y harían el ridículo una vez más. Se agazaparon en su covacha como arpías piojosas esperando su oportunidad, comiendo cáscaras de huevo y bebiendo sus propios orines. Desgraciadamente, los azules cayeron en Quito y estas alimañas ahora pueden desplegar el veneno que tenían preparado.
La Tercera impresa señala de manera espeluznante y categórica que la U cerró una semana negra y volvió a perder. En su versión web, en tanto, titula con alarma: ¡por primera vez la U de Sampaoli pierde dos partidos seguidos!  Pero en ambos casos no explica que el DT jugó con un equipo alternativo para priorizar el pleito del jueves por la Copa. Después este diario asegura que Estudiantes de la Plata viene con todo por el estratega azul. Nosotros preguntamos: ¿Estudiantes de la Plata? ¿El mismo nido bilardista que está quebrado?
En la transmisión del pleito jugado contra la Universidad de Concepción en el sur, la radio Cooperativa señaló que Sampaoli había guardado el equipo por nada, pues los azules ya estaban eliminados y el encuentro ante los quiteños en Santiago era un partido postmortem. Falta de respeto para un cuerpo técnico y un plantel que sabe salir de los momentos difíciles.
Por su parte, los corresponsales chilenitos de ESPN, que apenas pueden ocultar sus colas de laucha, indicaron que la U volvió a perder y no levanta cabeza. Lo mismo sostuvieron los gusanos de Terra.
La rivalidad entre los hinchas puede entenderse y sólo hasta cierto punto, de hecho. Pero cuando son los medios de comunicación los que orquestan estas campañas de desprestigio en contra de un club que ha representado de forma brillante al fútbol chileno, la verdad es que da asco. Y no es que se exijan abanderamientos ni simpatías ficticias, lo que uno espera simplemente es OBJETIVIDAD.
El análisis era muy simple: la U sufrió una derrota fea en Quito, atribuible a diversos factores: el exceso de audacia por parte de Sampaoli, su extraña y temprana expulsión y posterior aislamiento, la falta de adaptación a la altura y la sórdida treta de cortar la luz para retardar aún más la aclimatación de los jugadores, el pauperismo de la cancha y, principalmente, la velocidad de un rival ágil y contundente acostumbrado a sacar diferencias como local. Luego del traspié, es lógico que el cuerpo técnico concentre sus fuerzas para una complicada revancha que no tendrá margen de error. De ahí que el partido en Concepción prácticamente no tuviese sentido: la Universidad de Chile es puntera por un margen casi decisivo y está clasificada hace rato a los play-off.
Sin embargo, pese a la nitidez que exhibe la situación, la prensa tejió una crisis inexistente e incluso conjetura la salida de Jorge Sampaoli por diferencias con los dirigentes.
La entrevista al estratega azul que publicó la revista Sábado el 5 de mayo (jajaja, otro 5) es de tipo personal: busca desentrañar los sentimientos de Jorge Sampaoli respecto de su familia y de su profesión, así como también enseñar el largo y sacrificado camino que debió realizar para al fin ser reconocido por el ambiente futbolístico mundial. En el diálogo expresa su deseo de quedarse en la U pero establece ciertas condiciones mínimas para que aquello se concrete: que el directorio sea capaz de garantizar el crecimiento definitivo de la Universidad de Chile en Sudamérica. ¿Cómo? Manteniendo a sus principales figuras y reforzando el plantel semestre a semestre. Es decir, lo que todos los hinchas azules desean.
¿Expresar este anhelo es indicio de alguna crisis? Por supuesto que no, sólo representa una demanda sensata de quien quiere realizar su trabajo a la perfección. Ningún carpintero desea martillos de goma.
Es hora de presionar a Azul Azul en el estadio y en las redes sociales para que no cometa el mismo error en el que incurrió René Orozco: debilitar el plantel que peleó la Copa Libertadores de 1996, contratar un técnico mediocre, cumplir campañas ignominiosas en los torneos continentales y caer en el anonimato por más de 15  años.
Causar la partida de Jorge Sampaoli y de sus brillantes asesores por el sólo y absurdo hecho de no querer reforzar el cuadro que ganó una copa internacional sería un disparate imperdonable que transformaría a los actuales integrantes del directorio azul en los desgraciados más estúpidos de la historia de la institución.
Esperemos que estos hombres de negocios no quieran cargar con semejante atributo y sí se atrevan a invertir en el primer equipo porque sencillamente ésta es la ocasión.
Como bien afirmó Jorge Sampaoli en la mentada entrevista: “este es el momento para ser grandes. Si la U no crece ahora, será demasiado tarde después”.
Tengan la certeza, señores de Azul Azul, que estas palabras sólo pueden provenir de alguien que realmente ama a la Universidad de Chile. Otro DT no se hace problemas y firma un contrato millonario en Dubai.
Un abrazo al cuerpo técnico y al plantel, todos los azules de Chile estarán alentando el jueves.
¡Vamos la U, mierda!
             

domingo, 6 de mayo de 2012

Universidad de Concepción 2 / Universidad de Chile 0

El alborozo de las ratas blancas y el orgasmo de las novicias: el corolario de la semana. Hecho el diagnóstico exógeno, paso a hablar de lo importante.
El partido disputado hoy en Concepción, dejó muy claro que el plantel está pensando solamente en revertir la dura derrota sufrida en Quito. No era necesario romperse las piernas en un escenario complicado, bajo torrencial lluvia y frente a un rival que intenta meterse en la fase de eliminación. Por ello, Jorge Sampaoli dispuso de varios jóvenes y dio descanso a los protagonistas habituales del equipo. La incompetente y perversa prensa deportiva loca-colina, se esmera en avizorar la debacle de un grupo que alcanzó toda clase de éxitos. Algunos insolentes incluso dan por eliminada a la U frente al cuadro ecuatoriano, soslayando olímpicamente la capacidad empírica que este equipo posee para sobreponerse a la adversidad. Sea cual sea el desenlace de la revancha frente al Deportivo Quito, los hinchas azules seguirán orgullosos del club al cual pertenecen. Una U instalada en cuartos de final, dadas las circunstancias ya conocidas, devolverá nuevamente a sus pestilentes madrigueras a tanto roedor pulgoso que ha osado asomar sus napias.
El “entrenamiento” presenciado en el Ester Roa, permitió poner a prueba a jóvenes que aún no tienen alta continuidad en el primer equipo. Huerta y Leyton dejaron bastantes dudas respecto a su potencial y categoría, mientras que el “chico” Bravo augura un promisorio futuro producto de su velocidad y habilidad para encarar. En líneas generales se vio a un cuadro desordenado, sin profundidad (escasas llegadas al arco de Britez), atribuible a lo inédito del grupo conformado en cancha. No se si vale la pena desgastarse demasiado en comentar un partido intrascendente, con la U clasificada hace rato a la fase final y puntera absoluta de la tabla general. Sólo una observación respecto a la expulsión de Emilio Hernández. Conocemos perfectamente la personalidad de este jugador de casa, es por ello que luego de haber pasado por el extranjero esperamos que haya madurado lo suficiente para contribuir al crecimiento de la U. Emilio tiende a perder la compostura producto de arrebatos infantiles, ojalá pueda superar esta limitación para poner al servicio del grupo todo el talento futbolístico que le conocemos. Una torpeza como la cometida en este partido, sería imperdonable en instancias superiores para el club.
El Mercurio publicó en su revista del sábado una entrevista a Jorge Sampaoli, realizada antes de la degradante goleada proporcionada a las lloronas envidiosas de Macul. Recomiendo leerla pues revela muchas claves respecto del grandioso ciclo del Casildense. Las conclusiones respecto de la misma no voy a expresarlas aquí, prefiero desligar en cada quien la lectura de su contenido. Más allá de las interpretaciones, debemos reflexionar profundamente acerca de la enorme felicidad que significa llevar a la U en el alma.

jueves, 3 de mayo de 2012

Deportivo Quito 4 – Universidad de Chile 1


Sabíamos que este sería un partido muy difícil, pues Deportivo Quito es un equipo ágil que aprovecha las singulares condiciones que posee como local: una cancha impresentable a 2.800 metros de altura.
Jorge Sampaoli optó por mantener una línea de 3 zagueros y pelear la posesión de la pelota en medio campo; sin embargo, Carlos Ischia evitó esta confrontación y escogió la salida rápida con profundas habilitaciones en diagonal, precisamente para generarle problemas a una defensa azul despoblada cuyos zagueros debían afrontar mano a mano a delanteros que ya venían lanzados por las bandas.
El resultado de hoy es una dura lección para el cuerpo técnico de la Universidad de Chile: como visita es más conveniente mantener una línea de 4 en el fondo, de esta forma pueden enfrentarse con más equilibrio las propuestas conservadoras de los conjuntos que, pese a jugar como local, se agrupan atrás. Además, debe considerarse que todos los rivales de la U ya saben que Sampaoli saldrá a atacar y tienden a replegarse para no ser sorprendidos.
Llama la atención que los medios periodísticos chilenos sostengan que Deportivo Quito fue inmensamente superior en el trámite del pleito, cuando en realidad sólo fueron eficaces al instante de definir: 3 de los 4 goles fueron contraataques certeros que se concretaron gracias a la orfandad de la zaga y el gol de cabeza fue un descuido infantil.
El verdadero análisis de esta derrota se relaciona más con el exceso de audacia del estratega azul: Sampaoli salió a jugar de igual a igual desdeñando la altura ecuatoriana y en lugar de mantener un marcador abordable elaboró una maniobra ofensiva para adueñarse de la retaguardia quiteña, lo que efectivamente consiguió con los cambios realizados en el segundo tiempo, pero a la vez arriesgó demasiado y se llevó dos goles gratis que complican el panorama.
Ahora bien, ¿es tan descabellado pensar que la Universidad de Chile puede dar vuelta la serie? Por supuesto que no, esta noche Deportivo Quito sacó una buena diferencia en el territorio adonde se siente más cómodo, pero el próximo jueves debe jugar en el enclave azul y no tendrán la altura a su favor, la cancha estará rápida y la U podrá desplegar su característico ritmo ofensivo basado en toques de primera, lo que hoy fue imposible debido al vergonzoso estado del césped.
La revancha de este encuentro es el desafío más importante del semestre porque marcará un antes y un después: si este plantel logra clasificar dará un paso inestimable para su experiencia deportiva y logrará salvar una situación inédita en el ámbito continental, pues en la Copa Sudamericana que ganó jamás debió restablecerse de una derrota.
Aconsejamos desestimar al periodismo nacional porque está plagado de ignorantes, imbéciles y ratas blancas que aún están afligidas por la bochornosa goleada del domingo. Hay que ver este reto como una oportunidad de crecimiento y no como una tragedia o una decepción, que es lo que están planteando estos gusanos pesimistas. En la historia del fútbol abundan las hazañas y hay que confiar en que este equipo extraordinario será capaz de franquear esta situación. Cuando se le ganó la final a la UC en el Torneo de Apertura 2011 la tarea era igualmente compleja y de jugar a jugar el equipo de la oligarquía era mucho más que estos ecuatorianos.
Ojo con el gol de visita anotado por Matías Rodríguez, pues puede llegar a tener una relevancia insospechada.
La U posee una presente saludable que le permite proyectarse como un grande de Sudamérica y un revés como el de hoy no alterará sus planes. Se cuenta con un cuerpo técnico admirable y valiente que, lejos de establecer esquemas miserables, sale a ganar en cualquier parte. La derrota en Quito debe robustecer el coraje porque los muchachos perdieron jugando como hombres y no como ratas. Hubo errores fomentados por un entorno escabroso y por la propia intrepidez; sin embargo, esta oncena ha demostrado que sabe reaccionar, más aún cuando tiene ánimos de desquite.
Un abrazo para Jorge Sampaoli, Sebastián Beccacece, Jorge Desio y todo el plantel azul, el Estadio Nacional los está esperando para rugir en su honor.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Universidad de Chile 5 – Ratas Blancas 0


La U goleó a las ratas blancas y terminó con la soberbia de una institución corrupta que pavimentó sus logros gracias a las zarpas de la dictadura militar. Aunque reptiles descarados como Guarello pretendan cubrir con tierra las heces castrenses que erigieron los cimientos de su vomitivo club, la verdad es que el gobierno bananero de Pinochet sacó a los indios de la quiebra y les compró jugadores con el dinero de todos los chilenos.
En cuanto al financiamiento de la covacha de Macul, según los periodistas “arbos” aquél no se concretó y sólo habría sido una promesa incumplida del dictador. Aquí vale la pena detenerse, pues gente que se jacta de su educación, como Felipe Bianchi, asegura que no existen pruebas tangibles de que la mentada subvención se haya producido, aduciendo la falta de documentos que acrediten el hecho. ¿Acaso Bianchi pretenderá que Pinochet haya dejado huellas de su deshonestidad en todas partes como quien esconde huevitos de pascua? El déspota chabacano está ligado al club de sus amores tanto como lo estaba Romeo de Julieta y eso Bianchi tendrá que llevárselo a la tumba, igual que los cinco puñales que le incrustó la U.
Este periodista sólo da tal argumento para evadir la realidad vergonzosa de la institución que venera descaradamente en los medios de información. Es sólo un paje más del castillo putrefacto. El hecho de que haga énfasis en que las ratas blancas ganaron más títulos en democracia que en dictadura demuestra que su filiación política está en contradicción con su agusanado paladar futbolístico, es la paradoja de los izquierdistas que son cocacolinos: tarde o temprano se ufanan de los logros deportivos respaldados por Pinochet.
Por otra parte, los éxitos que indica Bianchi hubiesen sido irrealizables de no mediar el auxilio del criminal: no es lo mismo embarcarse en una empresa quebrada que en una reparada con inyecciones de capital ilícito. Esta es la verdad, periodistas de cola larga, el éxito de Coco-Loco concretado en los años ’90 es producto del asfalto pervertido de la dictadura: les dejó el tránsito expedito hacia el triunfo fraudulento.
Los hinchas de este club enviciado y repelente sólo siguen al esperpento “arbo” por sus títulos dolosos, están enamorados de las estrellas como si fuesen zorras hollywoodenses o marcianas vagabundas. Tuvieron una lactancia basada en el opio farsante del “eterno ladrón” y por lo mismo son intolerantes al infortunio deportivo. Y este es un desacierto fundamental: sólo las equivocaciones tienen un poder instructivo, la infalibilidad no puede enseñarnos ni a enfrentar el dolor ni a resurgir, sólo nos vuelve eficaces en un área constreñida y nos restringe a un único y tedioso sendero. Quien se ha levantado es más fuerte que quien jamás ha caído, más aún si ese desplome fue falseado por un prestigio ilusorio.
Ese es el rasgo que distingue a los hinchas de la Universidad de Chile: el costalazo del año ’89 se asumió con entereza y virilidad. En dictadura la U se fue a la cresta mientras las ratas blancas engordaban su patrimonio y se regocijaban en sus nauseabundos delirios de fama prostituida y ficticia.
Los fanáticos “arbos” son arrogantes y proyectan sus ambiciones en un ente quimérico que, además, se supone insuperable. Es el camino del éxito fácil que estropeó al país. Es el itinerario exánime de quienes le temen al descalabro de su infecta divinidad. En realidad no aman a su deidad en sí misma, sólo aman sus triunfos, sólo anhelan sus bienes, aunque estén mancillados por la historia. No importa, ser intolerantes al fracaso les permite disimular su indigencia moral y disfrazar las imperfecciones que son universales, camuflar las carencias e idolatrar el embuste. Es el opio de un pueblo desclasado que no asume sus defectos.
Y es más, la insolencia de estos holgazanes no se limita tan sólo a sus representantes básicos, no señores, los jugadores y dirigentes de este club abyecto también practican el arte de la desvergüenza. Por eso antes de la goleada Pablo Contreras aseguró que para derrotar a la U les bastaba con la camiseta. ¡Uf! ¡Cómo pesan hoy en día esas bravuconadas subnormales y ordinarias! Contreras olvidó que tenía al frente a uno de los mejores equipos de Sudamérica y actuó como el vocero de la imbecilidad y de la derrota indecorosa.
Precisamente, una de las tantas premisas truculentas que relucieron antes del pleito versaba sobre la hipotética impericia que tenía la Universidad de Chile para demostrar la superioridad futbolística que poseía sobre las ratas blancas. Se llegó a hablar incluso de cierto apocamiento hacia el rival del trapo incoloro. Las hienas gruñían respecto del clásico anterior: está demostrada la inferioridad histórica de la U por el hecho de que la mejor oncena azul de todos los tiempos no pudo vencer al peor Coco-Loco que ha habido en años. Debe aclararse en primer lugar que los resultados siempre son inciertos: ¿quién iba a pensar que los azules se quedarían con 9 hombres en el primer tiempo de aquel partido? ¿Quién iba a afirmar que pese a ello la U seguiría atacando? Y para todos los idiotas que afirmaron semejante estupidez les enseñamos esta frase para que la graben en bronce y se la cuelguen del hocico: la peor Universidad de Chile de todos los tiempos goleó 3 a 0 a las ratas blancas antes de irse a segunda división y la mejor U de la historia les acaba de hacer 5. Entre el máximo y el mínimo exponente azul se consuma una boleta demencial de 8 goles de diferencia. ¡Ahí tienen historia, indios chuchas de su madre!
El encuentro del domingo expuso la insondable diferencia que existe entre ambas instituciones, la Universidad de Chile está en un momento crucial de su existencia porque puede consolidarse como potencia continental si continúa ciñéndose a la cordura; las ratas blancas, en cambio, están reintegrándose al infierno del cual Pinochet las había librado hacía siglos atrás. Y es que el averno tiene raíces profundas y pacientes, tarde o temprano quien huyó de sus garras con estratagemas rústicas es arrastrado sin remedio. Vean lo que les ocurrió a las gallinas de River Plate, otras regalonas de un gobierno militar.
La U impuso una presión vertiginosa que consistió en recuperar el balón en campo rival y en utilizar todo el ancho de la cancha para originar espacios. Las ratas blancas sólo aguardaban con dos miserables líneas de cuatro y se limitaban a ejecutar contragolpes estériles. Pese a ello, corrían mucho sin pelota y su fatiga sólo era cosa de tiempo. Aguantaron 50 minutos hasta que los azules las introdujeron en su dinamismo y las liquidaron de forma magistral.
Vamos por parte:
  1. La expulsión del cretino de Olivi: este sujeto solía sufrir episodios semejantes cuando jugaba en Audax Italiano, así que lo que ocurrió el domingo forma parte de su currículum. Primero bajó desde atrás y con una tijera a Gustavo Lorenzetti, tarjeta naranja. Después le mete un planchazo cínico a Marcelo Díaz, doble naranja y fuera. Gusanos legendarios como Leonel Herrera y Severino Vasconcelos, quienes gozaron de una impunidad descarada cuando jugaban por el eterno ladrón, adjudicaron la goleada de la U precisamente a la expulsión de Olivi. Lo que es lógico, pues ellos se desempeñaron bajo las prerrogativas de un gobierno que los usó como somnífero y jamás reconocerán las virtudes ajenas con dignidad: no tienen clase. De manera sospechosa el CDF ocultó en La Fecha a Fondo una imagen que es esclarecedora: la toma que muestra a Olivi de espaldas revela que él vio venir a Marcelo Díaz y que deliberadamente lo pisó en el tobillo, de otra forma no se explica porque dirigió su pierna en diagonal hacia el jugador azul. En el colmo de la inocencia o de la malicia, muchos periodistas afirmaron que la incidencia había sido accidental. Jamás lo fue.
  2. El gol de Marcelo Díaz: aconteció en un momento clave y le permitió a la U irse al descanso con una ventaja merecida ante un rival mediocre y mezquino. Las ratas blancas ya estaban siendo desbordadas por todos lados y este tanto premió al cuadro que salió a ganar. Hace rato que Marcelo Díaz merecía vivir una alegría como ésta. Debió llegar Jorge Sampaoli para descubrir su verdadero potencial y así librarlo de la incomodidad. Díaz posee una capacidad aeróbica impresionante que le permite emerger en cada rincón de la cancha, como si tuviese un mellizo. Por tal razón resultaron irrisorias las declaraciones de Luis Pérez, quien aseguró que intentaría anular a Marcelo Díaz y Charles Aránguiz. Compadre, para eso necesitaría dos Correcaminos y sólo posee chanchos con plumas.
  3. El primer gol de Matías Rodríguez: jugada que denota el estudio estricto del antagonista y que liquida el partido. Un tanto de camarín al igual que el segundo ante Antofagasta la semana pasada. Indicio de motivación y de convencimiento grupal: salir a cerrar el pleito y mantener el volumen ofensivo hasta el final. Jorge Sampaoli es un DT que hace la diferencia porque investiga y trabaja más que el resto, además cuenta con Jorge Desio para pulir el estado físico de los jugadores y gracias a esto puede imponer toques de primera en velocidad y presión constante en terreno adversario. No es primera vez que Marcelo Díaz hace caer el balón en una zona incómoda para el arquero: recordemos los goles de Osvaldo González ante Vasco da Gama y Nacional de Medellín. La Universidad de Chile se esfuerza más que todos, ese es el secreto de su éxito.
  4. El tercer golazo: este gol es muy valioso porque confirma a Igor Lichnovsky como uno de los futuros líderes de la escuadra azul. Señalamos en su momento que uno de los aspectos más notables del triunfo ante Antofagasta había sido la reaparición de este gran zaguero central, pues su altura será clave para los partidos de Copa Libertadores. Lichnovsky le puso la lápida a las ratas blancas y de paso abrió las puertas para la paliza. Otra vez el balón cae en una zona en la que el arquero queda expuesto. ¿Cuál es el gran detalle de este gol?: Lichnovsky es un jugador que cabecea con los ojos abiertos, como los imponentes caudillos de antaño.
  5. El cuarto gol, el gol del baile: en este tanto la U encajona a Coco-Loco en un ritmo de copa continental y los hace vivir un infierno. Por eso es tan gracioso que los indios aún se refieran a sí mismos como campeones de la Libertadores: en un torneo internacional harían el ridículo y se los llevarían presos por hediondos. Este gol recordó la manera en que la Universidad de Chile le jugó a Flamengo y Vasco da Gama en Río, desplegando un fútbol clase A que vuelve incompetente al rival. La jugada nace en campo propio, se transforma en un toque arrollador y es coronada por el nuevo centrodelantero azul: Ángelo Henríquez, un jugador que define con ambas piernas y que se sacrifica durante los 90 minutos para que sus compañeros puedan hallar espacios en las cerradas defensas antagonistas.
  6. El gol de la ignominia: no quedaba nada, las ratas blancas estaban metidas atrás y la U seguía presionando. Falta a Henríquez, centro de Francisco Castro y golazo de Matías Rodríguez. Cuatro goles eran muy poco para este partido y este tanto al filo del pitazo final consolida el hermoso presente azul. Un golazo para callar los hocicos inmundos y engreídos que durante tanto tiempo se ufanaron de poseer una historia gloriosa, cuando en realidad detentan una leyenda negra y cobarde plagada de subvenciones criminales. Un golazo para gritarlo con el alma, indio concha de tu madre.