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domingo, 30 de octubre de 2011

COLO COLO 2 / UNIVERSIDAD DE CHILE 2

Probablemente el de hoy sea uno de los clásicos más controvertidos de los que se tenga recuerdo. Sin disimular la natural antipatía hacia el equipo de Pinochet, intentaré ser objetivo y a la vez elocuente en el análisis de este nuevo épico cometido de la Universidad de Chile. El partido comenzó como se preveía: con dominio azul frente a un mezquino cuadro echado atrás en su propio reducto. La primera instancia relevante del encuentro ocurre cuando el protagonista Puga pita penal por falta en contra de Eduardo Vargas. No deja de sorprenderme la incapacidad o tal vez la ignorancia total de tanto comentarista de fruslería. Con una convicción pasmosa, algunos personajes que pretenden ser figuras televisivas, como Rodrigo Sepúlveda y el inaguantable Claudio Palma, postulan categóricamente que no hubo infracción. Todos quiénes hemos jugado fútbol -y más aún quienes practican el rugby- conocemos el denominado “tackle francés”. Eso es lo que ocurre en la jugada donde el flamante seleccionado nacional de apellido Vilches pasa a llevar sutilmente el tobillo derecho de Vargas, que producto de la gran velocidad con que entra al área cae derribado estrepitosamente. Probablemente haya que mostrarles una y otra vez el video en cámara lenta y con un profesor particular a estos opinantes inválidos. Hasta aquí el aspirante a juez del partido aún no era emblema de la incapacidad. Se visualizaba una jornada tranquila para la U. Sin embargo y como ha sido la tónica en muchos de los clásicos, el árbitro comenzó a adquirir ribetes de payaso convirtiéndose en el típico mentecato sesgado a favorecer al local. Hubo una gran cantidad de faltas violentas sufridas por jugadores azules que sólo fueron sancionadas con cartulina amarilla. Perfectamente pudieron implicar expulsiones para alguno de los albinos de Sodoma. El señor Puga comenzaba a dar señales del protagonismo que adquiriría. Primera jugada que traería consecuencias: una amarilla mostrada arteramente a Osvaldo González cuando se vio entrelazado con el impresentable portero Castillo. Luego vino la expulsión de Aránguiz, veamos: si el réferi sancionaba con amarilla la jugada probablemente pasaba colado. Es más, correspondía amarilla también para el jugador colocolense pues entró "en plancha". Celosamente "Punga" sacó la tarjeta roja y mandó a Aránguiz tempranamente afuera. Más tarde, Osvaldo González comete una infracción al borde de la cancha en contra del “pajarraco Gutiérrez”, quien se lanza al piso soltando un grito de sodomita excitado. Punga aplica la ley de la ventaja y, acto seguido, se produce el centro que rebota en el cuerpo de Osvaldo y luego en su brazo izquierdo, interrumpiendo de manera involuntaria la trayectoria de la pelota en el interior del área propia. Penal inexistente aunque cobrable bajo la lógica del arbitraje con inclinación. Era el empate transitorio del elenco vulgar y la ventaja de dos hombres producto de una segunda amarilla a González, que era expulsado antes de terminar el primer tiempo. Es decir, las vedettes jugaron gran parte del partido con dos hombres más y sólo consiguieron ponerse en ventaja de un gol producto del infortunio que sufrió Marcos González, quien no pudo recuperarse de un fuerte impacto en los testículos para saltar a despejar de cabeza justo cuando Paredes logra encajar el transitorio dos a uno. Hasta allí, quien era protagonista de ataques e intención de seguir yendo al frente era la U. Si, leyó bien: con dos hombres más el cuadro del magnicida no fue capaz de sacar suficiente diferencia en su manchado reducto.
Una faltita de Matías Rodríguez en mitad de cancha fue reclamada por los atemorizados jugadores del cuadro aborigen que reflejaban en sus nervios la incapacidad de superar al rival. Un histérico Castillo se desplazó varios metros desde su arco para intervenir verbalmente, obteniendo como resultado su expulsión. Continuaban con uno de ventaja y, lejos de sentirse superiores, la peristalsis aumentó en las entrañas de los mercenarios. Claro, uno más que el contrincante era sólo igualar condiciones dada la superioridad futbolística de la U. Así de “rascas” fueron los indios impotentes.
El broche de oro lo puso el empate en el último minuto con un certero “autogolazo” del señor Molinas. Premio a la actitud frente a la adversidad que debió enfrentar la Universidad de Chile en su visita al foso de Macul.
No quiero dejar pasar algunos hechos destacables de este partido. Albert Acevedo se graduó de estilista modelando la patilla del arquero Olivares. Quizá Puga pertenece al gremio y por ello no quiso expulsarlo. Con todo, buen partido de Acevedo y a esas alturas el arbitraje era un chiste.
Las declaraciones de Jaime Pizarro e Ivo Basay una vez finalizado el partido verdaderamente demuestran que la estirpe colocolina sufre serias malformaciones congénitas. Pregunto: ¿habrían despotricado tanto contra el arbitraje si hubiesen terminado ganando? ¿Nunca advirtieron el espectáculo de Morón y los marginales que rompieron la reja de gallinero del orgullo de estadio del que se jactan? Entre ese incidente, que pudo haber significado la suspensión del encuentro por riesgo inminente a la seguridad, y el de la afeitada a Olivares se consumieron por cierto los minutos que se aplicaron como descuento. Pero más allá de eso, la niña Basay declaró que habían logrado frenar a un equipo como la U y que el arbitraje influyó en no haber podido ganar. ¿Por qué no asume su minusvalía para abrochar una victoria cuando gozó de una superioridad numérica determinante durante gran cantidad de tiempo? Señores Basay y Pizarro, sigan trabajando y los invitamos para el próximo jueves a sintonizar la Copa Sudamericana.
Para cerrar, cómo no destacar la espontánea y genuina reacción de Sampaoli luego del hermoso empate ocurrido en el “mismísimo” último segundo. Una verdadera manifestación de compromiso y pertenencia. Una vez más, un partido que se cierra cinematográficamente frente a los repugnantes bufones del circo monumental.

jueves, 27 de octubre de 2011

UNIVERSIDAD DE CHILE 1 FLAMENGO 0

Correcto negocio para la "U", abrió la cuenta muy temprano con un gol que es un símbolo de pundonor: aquél, el irrelevante, el desterrado por crónicas anunciadas, mostraba su nueva cara como factor clave de este equipo hermoso y amable: Marcelo Díaz era elegido el jugador del partido y los méritos eran de sobra hacía rato. En el duelo en Río, el feliz personaje realizó una jornada escalofriante en vestigios: de los pases dados completó un histórico 100% de efectividad. Esto demuestra que el fútbol nunca termina de dar lecciones: un jugador que debía ser guillotinado hoy es clave en el rendimiento de un conjunto excelente.
Anoche la "U" abrió la cuenta y luego administró correctamente las fuerzas. Cuando necesitó a Herrera, el portero nos hizo recordar los legendarios días de ese monstruo que fue Sergio Vargas. Volvieron Canales y Marino en buena forma y la "U", como sin querer queriendo, mira a los indios cumientos mientras piensa: ¡inmorales, allá vamos!

Por Samuel León

domingo, 23 de octubre de 2011

PALESTINO 1 / UNIVERSIDAD DE CHILE 1

De los últimos 12 puntos disputados en el torneo nacional, la U ha sumado la mitad, producto de una victoria y tres empates. ¿Cómo se explica esto? El equipo sigue invicto y a buena distancia de su escolta, lo cual permite confiar en la obtención de pasajes a la Copa Sudamericana versión 2012. Es claro que Sampaoli está privilegiando la participación internacional por sobre la local. Esto tiene mucho sentido; veamos. A pocos meses de asumir la dirección técnica, el argentino consiguió uno de los más espectaculares campeonatos que recuerde el pueblo azul. Iniciado el segundo semestre, se mantiene en la categoría ya comentada y no sólo eso, ha logrado hacer jugar al equipo de tal forma que tiene a todo el mundo deportivo maravillado. Sumemos la enorme valorización de jugadores y la inédita lección de fútbol propinada a domicilio al club más popular del mundo, modificando para siempre la tradicional historia del balompié chileno en el extranjero y especialmente en Brasil. Esta rebosante acumulación de plusmarcas no constituye un fin sino una consecuencia del excelente trabajo que se ha hecho. Entonces, ¿por qué no se ha podido plasmar en las últimas cuatro fechas del Clausura el prodigioso funcionamiento observado en el concierto internacional? Simple, los intérpretes de la orquesta sinfónica son once o trece, no los veintiséis jugadores que integran el plantel. Lo anterior no es algo fatal, probablemente no haya equipo en el mundo que pueda alcanzar funcionamiento óptimo alterando considerablemente la oncena titular.
Es un antiguo anhelo de la familia azul conseguir un título internacional, aunque por cierto no modifica en nada la lealtad y sentimiento por nuestra camiseta. De allí la importancia absoluta de sobreponer los legítimos intereses particulares por sobre los de un proceso forjado en la ordinariez como el de Borghi. Si la U consigue terminar por aplastar a Flamengo, se enfrentará a una llave aun más compleja. Se trata de un rival que ya conoce la experiencia de levantar la copa en disputa, que tiene vínculos con el maleante Julio Grondona y que cuenta con jugadores avezados en el juego aéreo. Sería intolerable para el hincha azul que se desmantele el equipo para favorecer el complejo escenario que enfrenta Borghi. Este personaje ha insistido, desde el bochorno en la Copa América, citando jugadores colocolinos con nulo mérito para representar a Chile.
Lamentablemente nuestros dirigentes ampararon y avalaron la instalación de la indecente dirigencia que hoy encabeza la ANFP. Es momento de olvidar semejante error y velar por la U. Antes de entregar su cargo, Federico Valdés debe ponerse firme y no facilitar jugadores al seleccionado nacional superponiendo intereses de terceros por sobre los propios. Sólo un par de días separarían un eventual partido entre la U y Arsenal de Sarandí con la convocatoria de seleccionados nacionales. No es reniego a Chile sino a la tendenciosa manera en que se ha perfilado la “era  Borghi”. La U tiene un calendario durísimo en el horizonte y por ello, no debe descuidar ningún aspecto fundamental que signifique desviar el actual rumbo que trae el exitoso proceso en desarrollo. ¿Se imaginan a la U sin Aránguiz, Vargas, los González y Mena? Siendo conservadores en la proyección de lo que puede estar pensando el “ex rey guachaca”. Esperemos que más que nunca sea ahora cuando el gordo privilegie la convocatoria de zombis albinos.
A mitad de semana el Nacional estará lleno para aplaudir, agradecer y alentar a la U en su revancha contra Flamengo. Pocos días después, el hincha azul ansía profundamente borrar de la cancha al equipo del bárbaro criollo. No perdamos de vista que se está haciendo una costumbre en los últimos años, enfrentar a los indios con olor a cadáver y nosotros instalados en instancias mayores de copas internacionales. Siempre será un gusto especial derrotar a los gañanes maculinos. Sin embargo, no debemos perder de vista donde se encuentran hoy las prioridades y, que viene siendo también una tradición que los jueces cometan misteriosos errores a favor de las vedettes. Este tipo de vulgaridades deben ser combatidas con firmeza por la dirigencia, exigiendo no ser arbitrados por zafios malolientes. Si la anterior fue una semana gloriosa, la que viene puede proveernos de aun mayores satisfacciones.

jueves, 20 de octubre de 2011

FLAMENGO 0 UNIVERSIDAD DE CHILE 4


La Universidad de Chile hizo un partido extraordinario: fue un equipo corto que cubrió cada rincón de la cancha, acorraló a los cariocas desde el minuto uno, ganó todos los rebotes convirtiéndolos en ataques masivos, rotó el balón elegantemente para generar los espacios, se impuso en las pelotas divididas de manera intachable, no se dejó amedrentar ni cayó en la trampa de las provocaciones obscenas y, por sobre todas las cosas, dio una clase magistral de fútbol moderno: se acabaron los planteamientos defensivos o anárquicos que sólo conducen al fracaso.
Lejos de caer en la petulancia que habitualmente genera esta clase de logros, la U se trae una lección que será vital para seguir en carrera en esta complicada Copa: los arbitrajes malintencionados existen y deberá aprender a convivir con ellos. ¿Cómo se hace eso? Precisamente de la forma en que lo ejecutó ayer: siendo fiel a su estilo, batallando hasta el final aunque el pleito esté ganado, evitando el exceso de confianza y manteniendo la humildad, el compañerismo y el esfuerzo, elementos que la llevaron a ser campeón del Apertura 2011 bajo condiciones adversas. Esta misma experiencia ante el equipo de la oligarquía chilena debe ser asumida como una célula más del entramado de Sampaoli: la llave con Flamengo no está cerrada porque en el fútbol jamás se celebra antes de tiempo, así de simple.  
La actuación de los jueces fue artera e inmunda, de eso no cabe duda: ¿cómo es posible que el cuarto árbitro sea quien genere la expulsión de un rival? Y digo rival porque aquel caradura es brasileño. ¿Cómo es posible que el guardalíneas no se haya dado cuenta de que la pelota del penal entró? ¿Y el gol anulado que ponía a la U dos a cero a los 20 minutos del primer tiempo? ¿Y el penal a Rodríguez? Pero en fin, aquí está la clave: el rendimiento y la concentración de la Universidad de Chile fueron tan espléndidos que estas maniobras de rata indispuesta no pudieron pesar en el resultado, sólo evitaron una goleada bíblica.
Queda una sola incertidumbre: ¿qué pasará el día en que no se pueda contar con alguno de los dos González en la zaga? Este es un tema muy delicado y tal vez sea el instante justo para que el cuerpo técnico le dé minutos a Lichnovsky en el Campeonato de Clausura. 
Seguramente esta semana se escucharán las loas más inconcebibles por parte de la prensa: que la U es “el Barcelona sudamericano” , que nadie la puede parar y otras chabacanerías. No debe prestarse oído a semejantes patrañas, que son más propias de un juglar ebrio que de un periodista serio. Sin ir más lejos, este equipo se complica más ante escuadras que le plantean un juego aéreo insistente. De hecho, Nacional de Montevideo le generó más peligro que este Flamengo. No sería extraño que el hipotético cruce con Arsenal de Sarandí sea más dificultoso.
Por tal motivo y por buena educación, la Universidad de Chile debe ser cauta, además de fiel y consecuente con su historia: jugó en los más inauditos potreros, batalló en las liguillas de promoción y estuvo 25 años divorciada de la alegría. Ahora es el momento de disfrutar y de emocionarse, pero lo haremos con clase y sencillez, sin caer en la presunción fétida de los albinos que aún se jactan de los éxitos subvencionados por el gorila militar. No. La U está custodiada desde el firmamento por el alma de quienes defendieron su camiseta, algunos en temporadas de gloria y otros en momentos de zozobra, y son ellos los que dictan las pautas de la decencia.
Triunfos como éste ante Flamengo, aleccionamientos como el propinado a la UC en la final pasada y las probables victorias del futuro inmediato están dedicados a todos los jugadores de la Universidad de Chile que ampararon nuestra niñez: un abrazo, querido Hugo Carballo, ese penal que le atajaste al equipo de Pinochet fue un faro radiante en medio de la noche más oscura. Que el cielo azul te ampare para siempre.

lunes, 17 de octubre de 2011

LA SINIESTRA CSF

Con estupor y desencanto nos hemos percatado de que la Confederación Sudamericana de Fútbol ha nominado como juez del partido entre la U y Flamengo a un árbitro argentino que estuvo envuelto en un escándalo este mismísimo año: el réferi Saúl Laverni, un tipo tildado de soberbio e irritante.

Este árbitro fue suspendido del Torneo de Clausura 2011 tras un bochornoso proceder en el pleito entre Godoy Cruz y Banfield: perjudicó abiertamente a los mendocinos al no validarles un gol legítimo que traspuso la línea y al no cobrarles un penal desquiciado que todo el mundo vio. Había un gran detalle: Godoy Cruz le estaba peleando el campeonato a Vélez.

Saúl Laverni es el mismo sujeto que habría tratado de “bolivianos” a los jugadores de Gimnasia y Esgrima de Jujuy en un encuentro contra Argentinos Juniors el 2009, convirtiendo el gentilicio de la nación altiplánica en un insulto. Sin embargo, el asunto no pasó a mayores luego de que negara tamaña grosería y acusara al presidente de los jujeños, Raúl Ulloa, de haber inventado la injuria.

Lo más impresionante de todo esto es que cuando Laverni fue inhabilitado tras el famoso partido de Godoy Cruz, el guardalíneas que lo secundaba recibió idéntica sanción: me refiero a Ariel Bustos. ¿Adivinan? ¡Este individuo también estará presente en el partido entre la U y Flamengo! Es decir que tendremos a dos jueces castigados decidiendo el futuro de la Universidad de Chile en la Copa Sudamericana. ¡Y jugando de visita en Brasil!

Esta desfachatez de la CSF nos recuerda las afirmaciones del réferi Alfredo Rodas tras el robo de las gallinas de River en la Libertadores del ’96: “esta clase de partidos no se ganan en la cancha”.

Para considerar: en el encuentro contra Alianza Lima jugado en la Copa del 2010 en Santiago, el guardalíneas ecuatoriano Luis Alvarado validó un tanto inexistente de los peruanos y quiso anular el golazo de Seymour. Quien pasaba aquella llave jugaba contra Flamengo. Conociendo la mano negra de los clubes del Atlántico, no me parece descabellado pensar que en aquella oportunidad los dirigentes cariocas hayan tratado de zafarse de la U porque temían enfrentarla y perder, tal como les había acontecido en la fase de grupos.

Estas manoseadas nominaciones de Laverni y Bustos huelen mal, pues reflejan la intención de sacar ventajas ajenas a los vaivenes del juego.

Habrá que estar muy atentos al arbitraje del miércoles, pues si se trata de gusanos famélicos, los miembros de la CSF son los más gordos e impacientes.

ELIMINATORIAS: FECHAS 1 Y 2

En un primer instante, el turbio proceso de la selección chilena generó el rechazo de los seguidores azules y existían motivos suficientes como para justificar semejante aversión, pues la mano mugrienta del equipo de Pinochet parecía adueñarse del conjunto nacional: la zarpa de los mequetrefes Zamorango y Rubia atenazaba las chauchas del nepotismo al instalar a su protegido en el supuesto “equipo de todos” para así venderlo a Europa, Borghi insistía en nominar a jugadores mediocres por el sólo hecho de pertenecer o haber pertenecido a las vedettes de Sodoma y la ANFP arrendaba el tosco estadio de la dictadura para obsequiarle dinero fresco a la mafia colocolina: procedimientos demasiado rascas y vomitivos que causaban una antipatía natural. Así se armaba el circo populista para la caterva ignorante.
Toda esta bazofia se coronó con una exclusión soez en la Copa América y con una boleta indecente en el primer partido de las eliminatorias, acontecida curiosamente en otro coliseo financiado por un tirano: el Monumental de las gallinas de River, espejismo tramado por el dictador asesino Jorge Videla para alcanzar el título del prostituido Mundial del ’78: una de las vergüenzas más apestosas en la historia del fútbol.
Para los hinchas azules resultó molesto que Borghi llamara a jugadores de la U sólo cuando sus consentidos sufrieron lesiones, fastidio que llegó al paroxismo cuando hizo ingresar a Marcos González y a Eduardo Vargas con un 3 a 0 abajo ante Argentina. El buen desempeño de ambos lo obligó a otorgarles la titularidad contra los fanfarrones peruanos, que una vez más fracasaron en el pantano de su vals chauvinista: repugnante lacra que la hinchada albina ratifica cada vez que le da su apoyo apátrida a los monigotes infectos de Alianza.
La verdad es que la inclusión de valores azules en esta selección obliga a los seguidores de la U a acoplarse a este proceso, a respaldarlo y a desearle la mejor de las suertes. De hecho, es muy probable que la inserción de hombres de la Universidad de Chile sea clave para conseguir los pasajes al Mundial de Brasil. Por esta misma razón, es necesario criticar el planteamiento irresponsable que se mostró en las dos primeras fechas, pues al fin y al cabo nuestros jugadores están exponiendo su físico en un año sobrecargado de obligaciones.
La selección fue un desastre con Argentina y una oda a la inseguridad contra Perú. Una Argentina mediocre y defensivamente nefasta y un Perú envanecido y pedante que debió haber sido goleado sin compasión.
Es una terquedad mantener una línea de 3 si no se cuenta con los zagueros idóneos: en Santiago, Marcos González y Waldo Ponce debieron extremar sus recursos para evitar el empate de un rival anodino. Un contrincante con más pergaminos al menos hubiese anotado 4 veces. Jara no marca, Vidal no marca, Isla no marca y Bravo no ataja. Por otra parte, Medel no puede estar solo sacándose la cresta por vagos como Valdivia y Fernández, que muy talentosos serán, pero que de un hombrazo los lanzan a tierra. El ya mencionado Vidal es un jugador intermitente, Charles Aránguiz es más completo y ayudaría bastante al solitario Medel. Beausejour tiene aguante y desborda, pero el DT comete un error al darle tareas de marca y un ejemplo es el gol de Pizarro, en el que lo dejó girar. La obcecación por Suazo es impresionante. Sus patrocinadores recuerdan los goles a Venezuela y Paraguay en las clasificatorias pasadas, pero eso ya es historia. La verdad es que hoy en día Suazo hace un gol y se pierde 3. Mauricio Pinilla era el centrodelantero titular ante los peruanos xenófobos: tiene más potencia y envergadura. Muy bien Eduardo Vargas en ambos partidos: veloz, directo y valiente.
En resumen, queda una sensación de inestabilidad: Chile es un equipo con cierto potencial ofensivo que en cualquier momento se transforma en un gol en contra. Por otra parte, existe una testarudez respecto de ciertos sujetos que ya no rinden: Bravo, Fernández, Jara, Vidal… La prensa papanatas ampara a algunos jugadores sólo por el hecho de que se desempeñan en el exterior, pero resulta que a estas alturas cualquiera sale del país, incluso elementos que son suplentes en sus equipos de origen. El mejor ejemplo es el ahijado del sagaz Zamorango.
Queda la sensación de que la U puede aportar mucho a la selección chilena: Johnny Herrera, los dos González, Eugenio Mena, Charles Aránguiz, Eduardo Vargas y Francisco Castro, entre otros. Sin embargo, en la medida en que el combinado nacional siga manifestando esta especie de irresponsabilidad táctica, la preocupación de las huestes azules fluirá más bien hacia el carácter improductivo del desgaste que hacia una buena actuación de sus figuras. A esto debemos agregar la siempre temible contaminación ambiental: las indecentes sombras de la ebriedad y la indisciplina comienzan a propagarse en un camarín que no se distingue precisamente por su elegancia.

jueves, 13 de octubre de 2011

UNIVERSIDAD DE CHILE 3 / UNION LA CALERA 2

La validez del viejo dicho “los equipos se arman de atrás para adelante” quedó ratificada ayer. Los azules sufrieron una especie de regresión a los peores momentos de local en el pasado campeonato de apertura. La importancia que adquirieron los cambios en la zaga desde la integración de los González fue enorme y no se puede soslayar. Lamentablemente, la U no tiene por ahora relevo equivalente para estos jugadores. No voy a detenerme a juzgar el desempeño individual de los suplentes pues acordamos blindar a nuestra gente en este blog. Lo anterior a causa de las insolentes declaraciones emitidas por los peleles de Basay, Caszely y Paredes.
Muchas situaciones del juego mostraron cierto relajo, lo que llevó a complicar en demasía la tarea de ganar otro de los partidos que en el papel aparecen como una obligación. Ciertamente la ausencia de gran parte de los titulares terminó por afectar el funcionamiento colectivo al que nos traía acostumbrados la oncena estelar. El equipo visitante tuvo la oportunidad de salir a buscar el triunfo; sin embargo, su DT optó por incorporar a un defensa cuando tenía el control del partido y disponía de dotación completa (más tarde sufrió una expulsión). Esta actitud es algo recurrente en los clubes de menor tamaño y se convierte en un síndrome fatídico para las aspiraciones de alcanzar un nivel de protagonismo superior. La U terminó respondiendo a su categoría y sacó adelante un complicado encuentro, propinándole una derrota al cuadro que goleó a las vedettes de Sodoma en el Santa Laura.
Esperemos recuperar a la U que vapuleó a Nacional de Montevideo en su cancha;  ese será el nivel de juego necesario para dejar en el camino a Flamengo.

lunes, 10 de octubre de 2011

UNIVERSIDAD DE CHILE 2 / ALIANZA LIMA 0

Buen apronte el amistoso que jugó la "U" con el indeseable equipo peruano de Alianza de Lima (atributo que debía multiplicarse al estar acompañados de la siempre piojosa barra del equipo de Pinochet). Dos a cero a favor de los azules en un partido con pierna fuerte, al límite y con espacio para hacer jugar a varios que aún no pisaban el campo. En general,  la "U" fue ampliamente superior a pesar de la gran cantidad de cambios que este tipo de partidos conlleva. Pudimos ver a Márquez, de gran despliegue físico, y al pretendido por el Chelsea Igor Lichnovsky, quien mostró fiereza y gran estatura para el biotipo chileno. Su apellido me sugiere algo. “El Ruso” debutaba junto a otros juveniles y eso era fácilmente perceptible puesto que, según la tradición, se les cortó el pelo de manera ignominiosa y ridícula. Así jugaron su primer partido con el equipo mayor. También pudimos ver a algunos jóvenes que ya habían debutado pero que tienen escasa posibilidad de mostrarnos sus cualidades. Entre ellos destacó una promesa de la que se espera mucho: Nicolás Maturana, pequeño muy ágil y hábil que ya viene sonando hace rato como crack en las inferiores. Ojalá que no se crea el cuento y trabaje concentrado, pues puede llegar a ser un volante de excepción en la oncena titular. Esto último reza para cualquier juvenil con potencial, como lo son todos los que juegan en la "U". Algunos de los mayores también estuvieron presentes, siendo Conde el que se llevó la mayor atención. A estas alturas el portero charrúa no sólo es estimado por los jugadores sino también por todos los azules de sangre y corazón. Los dos goles fueron de buena factura: el primero obra de Magalhaes después de una linda jugada en profundidad -el brasileño chileno celebró con algarabía y gestos de desahogo- y el segundo fue de Gallegos. Bien la "U", más aún porque los peruanos de Alianza son los cumas de Lima y siempre hay que derrotarlos, no importa si es un partido de calle o de playstation, siempre hay que forzarlos a la derrota.

Por Samuel León

domingo, 9 de octubre de 2011

QUE LA ROJA SE TIÑA DE AZUL


Una crítica que se nos hace a los hinchas de la Universidad de Chile es que nos gusta nuestro equipo por sobre la Selección: que si no juega Eduardo Vargas, Felipe Seymour o cualquiera de los jugadores identificados con la camiseta azul no apoyamos a la Roja como si fuese la Gloriosa.
Y esto tiene algo de cierto. Los fanáticos de la U cumplimos con ciertas características que nos hacen únicos en esta larga y angosta faja de tierra. El color azul representa fidelidad y de eso tenemos de sobra: nuestra hinchada estuvo 25 años sin celebrar un título y pasó por la segunda división, pero nunca faltó el apoyo de la gente, incluso en los momentos más duros.
Necesitamos ver entrar a nuestros once Leones a la cancha. No quiero llamarlo adicción, porque ese término es peyorativo, pero es un goce ver salir del túnel a nuestros jugadores. A ellos se les pide que defiendan a muerte la camiseta y a esa U que está en su pecho, tal como muchos lo hacemos desde algún rincón del estadio.
La selección no nos entrega esas “necesidades básicas” de un hincha azul. No hay que retroceder mucho en el tiempo para recordar las eliminatorias para el Mundial de Japón-Corea, en la que se finalizó último en la zona. Tras la salida de Juvenal Olmos vino una seguidilla de entrenadores que desfilaron por la banca nacional. Uno de los lemas del Chuncho es “en las buenas y en las malas”, frase que no se vio reflejada en ese momento: en la última fecha de aquellas clasificatorias con suerte asistieron 5 mil personas al Nacional… A nuestro Nacional.
La Roja no nos da la satisfacción de verla saltar a la cancha todos los fines de semana, como sí tenemos el placer de disfrutar con nuestra amada U. Y ni hablar de defender a muerte la camiseta. Dicen que ésta es una de las mejores generaciones de futbolistas chilenos, pero también es la más adinerada y la que se regocija con su vida de lujos fatuos. Al parecer, eso es más importante que el amor por la camiseta. Ese amor que le exigimos tener a los once de la Gloriosa Universidad de Chile.
Por Rodrigo Jeldres

jueves, 6 de octubre de 2011

PINOCHETISTAS Y ORDINARIOS

En este blog hemos sido muy críticos respecto de algunos rendimientos individuales en la U y ha llegado el momento de reconocer nuestra intransigencia y pedir disculpas a quienes defienden la camiseta azul. Llamo a los colaboradores de este medio a cerrar filas y a blindar a quienes hoy en día representan a la Universidad de Chile. Es una manera de ser distintos, de asumir nuestras responsabilidades y de practicar la fraternidad que hace tanta falta en nuestro país. Además, pido las excusas pertinentes a todo el plantel.
Durante estos días han ocurrido tres sucesos indecentes que confirman la distancia simbólica y sustancial de la U respecto de los odiosos archi rivales:
  1. Primero fueron las declaraciones de Basay, su DT de turno, quien aseguró que “Pinochet fue necesario en algún momento de la historia de Chile”. La razón que tuvo este sujeto para afirmar semejante procacidad fue el hecho de que haya tenido que hacer fila para poder comprar mercaderías durante el gobierno de Allende. Habrá que decirle a esta doncella que está justificando un golpe militar infame a partir de una consecuencia y no desde una causa, como cualquier hombre razonable lo haría: ya es sabido que la escasez de abarrotes fue originada deliberadamente mediante un boicot organizado, de otra manera no se explica que al día siguiente de la rebelión los comestibles hayan aparecido por arte de magia. Es una vergüenza que cualquier simio salga a hablar estupideces sin informarse. Ahora bien, proviniendo de los cabecillas de aquel club de ratas todo tiene sentido: no olvidemos que Pinochet les saldó la deuda histórica, les compró jugadores y colaboró para levantar su estadio: teatro de patanes de ultra derecha en el que un CNI como Vergara paseó la Copa Libertadores: aquella de la que tanto se ufanan olvidando que estuvo pavimentada con el dolor de muchos chilenos, lo que la convierte en un logro apátrida. El periodista Felipe Bianchi, reconocido seguidor de las vedettes de Sodoma, decía que no hay pruebas escritas sobre estos traspasos de dinero, ¡ingenuo o cínico!: como si Pinochet hubiese querido dejar huellas de sus desfalcos. Inocente Bianchi o preocupado de limpiar la imagen del club de sus horrores. Otro de sus argumentos versaban sobre la cantidad de títulos que ostenta aquella institución cuatrera, los que según él se dieron mayoritariamente en democracia. Yo pregunto lo siguiente: ¿hubiese sido lo mismo si el caudillo del gobierno militar no los salva de la quiebra? ¿Es lo mismo empezar financiado, empezar de cero o empezar en bancarrota? ¿Hubiese sido lo mismo si juegan esa Libertadores en el Estadio Nacional? Lo dudo, pues en el Nacional están los fantasmas izquierdistas que le dieron el triunfo al Pachuca en esa hermosa final de la Copa Sudamericana. Tratando de retractarse, Basay afirmó más tarde que no respaldaba los atropellos a los derechos humanos efectuados por la dictadura; sin embargo, nosotros le tenemos noticias: compadre, el paquetito de aquella tiranía viene completo y no es posible fragmentarlo, de lo contrario podríamos excusar cualquier clase de monstruosidad: si un gobierno emplea el terrorismo de Estado para exterminar a su propio pueblo nada de lo que haga posee valor, pues está violentando un principio fundamental: el resguardo de los compatriotas. Le cuento, señor Basay, que hay 9 mujeres desaparecidas que fueron arrestadas estando embarazadas y de cuyos hijos no se supo jamás. La próxima vez mida sus palabras y reserve su insolencia para la tropa de vagos que dirige. Por aquel mismo período de vacas gordas para estas sanguijuelas, la U era despojada de todo su patrimonio por los fantoches que puso Pinochet en la directiva luego de separar al club de la casa de estudios superiores: los perros de Rolando Molina y Ambrosio Rodríguez, quienes de manera disparatada fueron invitados por Azul Azul a la inauguración del nuevo complejo deportivo en La Cisterna. Al menos queda el consuelo de que al ladrón de Rodríguez le sacaron la cresta en la barra de la U.
  2. Para no ser menos rasca, el decrépito Caszely, que falleció futbolísticamente en Oviedo el 17 de junio de 1982, acaba de faltarle el respeto a Osvaldo González poniendo en duda su desgarro muscular al tildarlo como un posible “cagazo”. Además de que no corresponde que este muerto insulte a un compañero de profesión, sabemos muy bien que nuestro zaguero es un tipo valiente que incluso jugó con la nariz fracturada y que jamás se amilanaría ante Argentina. Lo del infame de Caszely no tiene nombre: es un caradura que debe arrastrar en su joroba uno de los peores ciclos de la selección chilena: cuando fue utilizada como opio delirante para ocultar los crímenes del gorila castrense y la dramática recesión económica que generó hambre y desconsuelo en la nación. No olvidemos que el dinero con el que el lupanar albino pudo traer a este zángano fue un regalo del dictador, acontecimiento que lo convierte en un títere piojoso, desechable y de alguna forma responsable del circo ruinoso levantado por la mafia derechista. Creo que los dirigentes de la U deben pedirle explicaciones a este ordinario, quien no es más que una patética alegoría de la prostitución. Osvaldo González tiene permiso para reventarle el hocico cuando se le dé la gana. ¡Vas a tener que disfrazarte de vieja, Cachely! ¡Hasta para ir a comprarte los pañales!
  3. Finalmente, llegamos a la representación de un antiguo refrán: “por la boca muere el pez”. El intérprete fue Paredes, jugador rechoncho y rechancho que se tiñe el pelo como travesti viejo. Este haragán desdeñó un récord que dejó a su club de cortesanas en el olvido y auguró derrotas para la U reflejando la envidia de todos los gusanos albinos. Este celo es habitual, pues las marionetas de Pinochet se acostumbraron a detentar una subvencionada hegemonía y cada vez que alguien amenaza su trono encienden las velas tóxicas del rencor. PPP: Pobre Palurdo Paredes: anheló el fracaso ajeno y se intoxicó con 4 papayas condimentadas por el Chueco Ponce y Gamadiel, quienes siempre llevarán en su sangre los cánticos de la hinchada azul. ¡Vas a tener que nacer de nuevo, niña, en una de esas sales rubia de verdad!

sábado, 1 de octubre de 2011

UNIVERSIDAD DE CHILE 2 / DEPORTES IQUIQUE 2

Terminado el partido, el presidente del club Deportes Iquique expresó en entrevista radial: “sacamos el partido del baúl”, en alusión a la folclórica alegoría. La cita es el reflejo de lo que los propios adversarios apreciaron sobre el resultado final. Bastaron dos desaplicaciones para abrirles la puerta, en circunstancias que se disponía de dos goles de ventaja restando muy pocos minutos para el término del encuentro. Primero, un contraataque sorprendió a la zaga azul con sólo dos defensas y uno de ellos cometió el inadmisible error táctico de perseguir la pelota en vez de tomar la marca del jugador que pasaba libre por su espalda. Fútil error de Albert Acevedo. El gol del empate se produce luego de un fallido intento de “salir jugando” en zona propia, en el que José Rojas ejecuta un pase inexacto. El mismo jugador vuelve a equivocarse cuando el balón rebota hacia su posición, lo pierde y es capturado con certero remate de larga distancia que dibujó una trayectoria imposible de ser modificada por Johnny Herrera. Se consumaba entonces el impensado empate. Analicemos desde más atrás. Sampaoli ya había tomado riesgos incluyendo variantes en el pleito disputado en Valparaíso. Ante Iquique, el estratega nuevamente decidió aventurarse con mayores alteraciones aún al habitual tejido que muestra el equipo. Salvo en los breves minutos en que los nortinos consiguieron el empate, la U siempre mantuvo el control y dominio de las acciones. No obstante, despilfarró demasiadas ocasiones de gol (incluso desperdició un penal ejecutado por Eduardo Vargas), perdió la impertérrita concentración a la que nos traía acostumbrados en momentos esenciales y durante casi todo el partido se advirtió una sensación de incomodidad que hacía extrañar el superlativo funcionamiento alcanzado en Montevideo frente a Nacional.
Es un hecho que el técnico está probando variantes y administrando recursos, pero se acabó el margen para continuar dilapidando la ventaja en la tabla de posiciones.
Esperemos que el receso sirva para regenerar el gasto físico que acarrea el plantel y para volver a presenciar el máximo nivel de articulación que se había obtenido. Se avecina un período de alta sobrecarga al que se debe llegar en óptimas condiciones.