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sábado, 17 de enero de 2015

Wanderers 3 – Universidad de Chile 2

En el comentario anterior habíamos alabado el mediocampo de la U y lo catalogamos como el mejor del torneo, también resaltamos la gran cohesión que poseía con la línea de zagueros; pues bien, ninguna de las dos zonas le hizo honor a semejante epíteto y se perdió un partido absurdo ante un equipo discreto que se limitó a parar dos líneas de cuatro.
Más allá del pésimo arbitraje de Puga -que cobró “faltitas” todo el pleito, que se comió un penal enorme y que no dio el tiempo de descuento que correspondía-, hoy se perdió debido a la tozudez de Lasarte: Enzo Gutiérrez y César Cortés no deben jugar jamás, pero el DT insiste con ellos y con mucha impotencia debe tolerarse la ineficacia de dos pavos que no saben definir, que no aguantan la marca, que pierden balones ridículos, que tienen aserrín en la cabeza y hielo en las venas y que, en definitiva, no poseen las condiciones atléticas para desempeñarse en la Universidad de Chile. Y el problema no es sólo individual, pues al ser un cero a la izquierda entorpecen la labor de Mathías Corujo y la de José Rojas, fraccionando dos ejes de ataque que son muy importantes para los azules. Ni hablar de los puntos menos por causa de las ocasiones de gol desperdiciadas. La pregunta es: ¿por qué cresta Lasarte insiste con estos paquetes? ¿Su paternalismo se transformó en enfermedad? ¿Será una orden de los dirigentes? El asunto es incomprensible, pues cuando estos dos lastres están en la cancha, la U juega con 9 hombres, así de simple. Se entiende que la partida de Rubio y de Duma más las lesiones de Canales y de Ubilla compliquen el panorama, pero una cosa es que estos últimos no estén disponibles y otra es que sólo se pueda echar mano a dos rémoras en lugar de variar la táctica, la que por lo demás comienza a ser leída por todos los entrenadores ratones de Chile. ¿Tan descabellado es que juegue Sebastián Martínez para enriquecer el medio y soltar más a Corujo y a Espinoza? ¿O que entre Ortiz por la izquierda? ¿O que Carmona reemplace a una de las dos vacas desde el comienzo? Perfectamente puede jugar sólo Benegas al frente del ataque, si es que la oncena posee desborde por ambas puntas y buenos habilitadores.
Para más remate, estuvieron mal Osvaldo González y Cristián Suárez, ambos con un miedo infantil al pelotazo y dándose vuelta en los dos primeros tantos del rival. ¿Harán lo mismo jugando contra el Inter de Porto Alegre? Los zagueros centrales deben trancar con la cara si es necesario, ya basta de mariposeos. Por su parte, Guzmán Pereira y Gonzalo Espinoza tampoco se desempeñaron bien: el primero perdió la marca del Luna varias veces y Espinoza se sobró demasiado, una vez más se creyó artista y buscó el elogio barato que se le proporciona a los saltimbanquis. Herrera se vio lento y pesado en los goles, aunque como ya señalamos, sus compañeros no lo defendieron como corresponde. Así las cosas, sólo Corujo, Rojas, Lorenzetti y Benegas mantuvieron un rendimiento estable. 
Una lástima, la U sigue dando ventajas debido a una obcecación contraproducente y, siguiendo la lógica matemática del torneo anterior, sólo puede perder dos puntos más. Una cosa está clara: es la testarudez del cuerpo técnico la que atenta contra la buena fortuna que se tuvo en el campeonato pasado. Y es que aún hay algo que Lasarte debe aprender: los tontos malos traen mala suerte.    

lunes, 12 de enero de 2015

Análisis individual ante O'Higgins

En el reencuentro de la Universidad de Chile con su gente, se observó una excelente presentación del equipo de Lasarte. La oncena plasmó una alta intensidad de juego con una actuación notable de la zaga. Muy buen desempeño de la pareja de centrales. El repliegue defensivo es rápido y ordenado. Se eleva la dupla de Espinoza y Pereira como un complemento perfecto para alcanzar quite, fuerza, rapidez y salida con buena técnica.
La U le pasó por arriba a O´Higgins, apareció el campeón y se vio un cuadro alcanzando alto rendimiento físico y técnico.
Excelente debut de Benegas, quien demostró que es un centrodelantero de calidad.
En síntesis, Lasarte hizo una buena lectura del juego y del rival, el equipo se vio seguro y con confianza en la zona defensiva, mientras que en la faceta ofensiva demostró rapidez y alta capacidad de desborde por los costados.

Johnny Herrera: parece una constante su buen rendimiento, mantuvo la valla en cero debido a una estirada tremenda tras el cabezazo de Calandria, quien ya gritaba el gol. Posteriormente, logró salvar un remate de media distancia que era dificilísimo. El penal fallado empañó en parte una actuación enorme del referente azul.

Mathías Corujo: el uruguayo es pieza fija en el buen rendimiento del equipo, aportó entrega y despliegue físico y cada vez logra mayor equilibrio entre su buen rendimiento ofensivo y defensivo. En este partido se mostró constantemente como opción de pase para sus compañeros. Corujo es un jugador que contagia solidaridad e intensidad.

Osvaldo González: buen partido, rápido y sólido en los mano a mano. Hizo desaparecer a Calandria, logro dar seguridad en el juego aéreo, aportó salidas limpias y siempre buscó generar juego desde el fondo. Osvaldo tiene nivel de seleccionado nacional y es sin duda el mejor central del fútbol chileno.

Cristián Suarez: “Banana” está definitivamente en su puesto. Se vio seguro y atento durante todo el partido y le ganó la pulseada al difícil Lezcano. Muy bien físicamente, rápido y aportó mucho en el juego aéreo. Junto a Osvaldo González logró que O´Higgins no llegara al arco durante todo el primer tiempo.

José Rojas: buen partido del capitán. Cubrió toda la banda izquierda, ofensiva y defensivamente logró abrir la cancha y otorgarle profundidad a los ataques. En uno de los desbordes entregó la asistencia para el 2-0 de Enzo Gutiérrez. En lo defensivo le ganó a Lisio y Opazo cada vez que se le requirió.

Guzmán Pereira: ha elevado mucho su rendimiento, se devoró la cancha, quitó balones y aportó mucha fuerza al mediocampo. Logró aumentar su porcentaje de pases bien realizados y cada vez hace mejor dupla con Espinoza. Confirmó nivel de titularidad.

Gonzalo Espinoza: excelente dupla con Pereira, logran mixtura perfecta entre fuerza, buen fútbol y salida limpia a ras de suelo. Espinoza es un jugador completo, le ganó todo el partido al “insoportable” Leal, quien se cansó de reclamar. Espinoza colabora con salida rápida cuando es necesario y también contribuye a la pausa cuando la U debe ordenar los ataques. Mordió y realizó presión intensa en el mediocampo.

Gustavo Lorenzetti: con solo 42 minutos jugados el “Duende” demostró su calidad. Hacía un excelente partido, con su habitual visión panorámica para abrir el juego. Realizó un exquisito pase de borde externo para que Benegas abriera el marcador. Esperemos que la lesión no sea nada grave y que contemos pronto con su talento.

Enzo Gutiérrez: si no es su mejor partido en la U, pega en el palo. Se le abrió el arco, le hicieron el penal y corrió y presionó en tres cuartos de cancha. Si bien los goles debía anotarlos por la fácil posición que tenía, con Enzo nada es certeza y debemos agradecer su buen rendimiento. Por el bien de él y de la U, esperemos que eleve aún más su nivel.

Leandro Benegas: notable estreno en la titularidad. Es un delantero pesado que incomodó todo el partido a los centrales de Rancagua, los guapeó y demostró que sabe jugar de espalda al arco. Coronó su buena actuación con un golazo de media vuelta, remate cruzado que dejó sin ninguna opción al arquero rival. Buena actuación del argentino y se eleva como la mejor alternativa para hacer dupla con Gustavo Canales. No le pesó la camiseta.

César Cortés: el más bajo de los once. Aún cuando ha mejorado su rendimiento en comparación a partidos anteriores, no tiene nivel para ser titular. Más allá de algunas apariciones esporádicas, no tuvo mayor trascendencia.

Cambios:

Joao Ortiz: entró por César Cortés y lo hizo bien. Mostró ganas, rapidez y aportó con la asistencia en el 3-0. En pocos minutos demostró ser alternativa para la banda izquierda.

Ramón Fernández: entró por Lorenzetti. Tuvo pocos aportes durante su ingreso. Intenta ser motor del juego ofensivo, pero no resulta. Peca de abusar del juego corto y sin impacto.

Paulo Magalhaes: reemplazó a Enzo Gutiérrez, tuvo escasos minutos en cancha y no es posible calificar su actuación.


Por Cristóbal Cornejo Sánchez


sábado, 10 de enero de 2015

Universidad de Chile 3 – O’Higgins 0

Durante la semana aconteció un suceso ambiguo: la partida de Patricio Rubio. Por una parte, atendiendo su irregularidad, el hecho no parecía descabellado; sin embargo, había sido el goleador del equipo, era del gusto de Lasarte y, lo más importante, su salida implicaba la titularidad de dos elementos de bajo rendimiento: Enzo Gutiérrez y César Cortés. Para más remate, ante O’Higgins ambos ingresarían desde el comienzo. Se esperaba lo peor…
Pese a ello, el pleito ante los rancagüinos fue unilateral, la U dominó absolutamente todos los sectores de la cancha y, por lo mismo, enseñó el trabajo que el cuerpo técnico ha realizado desde su llegada: aunque parezca un sueño luego de tres direcciones nefastas, los azules presionan en tres cuartos de cancha y ahogan al rival ocupando cada sector del campo contrario. En este instante, el mediocampo de la U debe ser el mejor del torneo, pues armoniza los componentes de todo equipo pesado: pierna fuerte, sacrificio, seguridad, velocidad e inteligencia. Hoy todo esto fue confirmado gracias al alza espectacular de Guzmán Pereira, la solidez de Espinoza, la celeridad y pericia de Corujo y el momento extraordinario de Gustavo Lorenzetti, cuya habilidad e imaginación están por sobre el promedio. Ramón Fernández desentona entre sus compañeros y el arribo de Maximiliano Rodríguez debiera desplazarlo a la suplencia perpetua.
Otro aspecto destacable es la cohesión de una zaga que casi siempre se conforma con una línea de tres: gran presentación de González, Suárez evolucionó notablemente y Rojas se siente muy cómodo al estar más libre. Asimismo, Herrera corroboró que es el mejor portero del campeonato y evitó el descuento con dos atajadas monstruosas. Aunque no volverá a patear penales.
Por desgracia, el problema son los delanteros… Sin Rubio y sin Duma, las opciones en ofensiva se limitan a cinco jugadores: Canales y Ubilla, que están recuperándose, más el recién llegado Leandro Benegas y los mentados Gutiérrez y Cortés. Este último no tiene salvación, pues un puntero que juega con su perfil no puede fallar todos los centros que ejecuta, además es lento y le teme al roce. La breve actuación de Ortiz debiera relegarlo a la banca para siempre. Gutiérrez, por su parte, anotó dos veces jugando mal y sólo eso se le puede exigir: que no falle los goles cantados, pues es un futbolista discreto y eso no cambiará. En cuanto a Benegas, está en pleno proceso de adecuación a la estrategia de Lasarte y, en definitiva, debe aprender a jugar en un cuadro que ataca los 90 minutos, cosa que jamás ha hecho, por eso terminó muy cansado. Pese a ello, se mostró ganoso y cumplió con el gol más relevante del compromiso.
Insistimos en destacar al cuerpo técnico charrúa, un grupo de profesionales serios y decentes que en poco tiempo han convertido a la U en el equipo más compacto de Chile. El tema es que esa consistencia tiene que afianzarse con goles y hay piezas que deben reemplazarse definitivamente. Hoy quedó demostrado. Tal vez la solución sea jugar con un 3-5-2 en el que el desborde por la derecha quede en manos de Corujo y por la izquierda a cargo de Rojas y Rodríguez. Así las cosas, una sensata formación de la oncena sería: Herrera; González, Suárez, Rojas; Corujo, Pereira, Espinoza, Lorenzetti y Rodríguez; Canales y Benegas. Quienes debiesen alternar son Martínez, Ubilla, Ortiz, Bryan Cortés, Carmona, Cuevas y Vidal. Gutiérrez está en deuda pero acaba de tomar aire, veremos qué pasa con él.
En fin, al menos ya recuperamos el decoro.
Saludos a todos los azules del mundo.

       

domingo, 4 de enero de 2015

Cobresal 1 – Universidad de Chile 1

Antes del partido, la alineación dispuesta por el cuerpo técnico ya parecía extraña: insistir con Enzo Gutiérrez para relegar a Leandro Benegas e incluir por enésima vez a Ramón Fernández como titular parecía una terquedad injustificada. Pues bien, el pleito lo confirmó: se trató de un juego bien planteado tácticamente en el que se debió haber goleado, pero el anodino desempeño de Rubio y Gutiérrez, más la inoperancia de Fernández, generaron un empate agónico que a estas alturas confirma el hastío respecto de esos jugadores y del enervante César Cortés, un puntero viejo que no sabe centrar.
La U al menos desperdició 7 goles cantados y estuvo a punto de perder debido a la enigmática y enfermiza obstinación por elementos que ya definitivamente no rindieron. ¿Gutiérrez es más que Duma? ¿Fernández es más que Carmona? Por supuesto que no. Tal vez los dirigentes crean que dándoles minutos a estos paquetes podrán venderlos algún día, pero nosotros les tenemos malas noticias: eso jamás pasará. El síndrome Morante-Civelli está a la vuelta de la esquina: plata perdida y nueva herencia fétida de Yurazseck.
Este empate debiera significar la determinación de que las oportunidades para los jugadores mediocres se acabaron, pues lo contrario conlleva perder puntos absurdos y sobrecargar al resto con el trabajo que los incapaces no ejecutan. ¿Lasarte se atreverá a ser estricto alguna vez o seguirá prefiriendo la concordia en el camarín?
El torneo recién obtenido tuvo como beneficio el hallazgo de una columna vertebral a la que sólo bastaba añadirle delanteros de peso y un mediocampista ofensivo con potencia. Desgraciadamente, la partida del insípido Marín limitó uno de los cupos y es imperioso que llegue otro agente de ataque, además de Benegas. Ya no se puede esperar nada de Gutiérrez, Fernández y Cortés, a lo que debemos sumar la inestabilidad de Rubio y de Ubilla. Por desgracia, el perjudicado será Duma, quien a pesar de su tibieza fue figura en un clásico y anotó el golazo de la final contra la UC por Copa Chile, papel que los cuestionados fardos nunca desempeñarán.
En cuanto al pleito en sí, durante los primeros 45 minutos la U ejerció un dominio absoluto gracias a la gran distribución del balón en tres cuartos de cancha y a la sobresaliente actuación de Suárez, González, Corujo, Guzmán Pereira, Espinoza y Lorenzetti. Sin embargo, Rubio y Gutiérrez malograron dos ocasiones cada uno  y el marcador terminó en blanco de manera descabellada. En el segundo tiempo, el ingreso de Benegas tardó demasiado y se cansaron Corujo, Espinoza y Rojas; de hecho, el gol de Cobresal aconteció luego de que Espinoza se diera vuelta por miedo a la pelota de vóleibol y de que Rojas perdiera la marca ridículamente. Gonzalo Espinoza es un gran jugador, pero a veces recrea los arrebatos de estrella que asediaban a Marco Estrada. Aún debe crecer. Por suerte, cuando se jugaban los descuentos, Suárez anotó el empate y evitó un debut grotesco.
Más allá de los merecimientos que efectivamente enseñó en el campeonato pasado, para levantar su decimoséptima copa la U también contó con suerte; mas, la fortuna no siempre se repite y el empate ante los nortinos es una muestra de aquello. Contra rivales más competentes no podrá desplegarse la misma farra enfermiza y de ahí la urgencia de que el equipo sea enriquecido con jugadores más enérgicos. La historia de la Universidad de Chile es un ejemplo de pundonor y perseverancia; por tal motivo, es justo desterrar a las sombras enclenques que no aportan nada. Esto es lo que deben aprender los muchachos de la cantera.