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miércoles, 29 de febrero de 2012

UNIVERSIDAD DE CHILE 4 / COBRELOA 1


“El proyecto Sampaoli”. Así podríamos denominar lo acontecido anoche durante el partido disputado sin público en el Santa Laura. Cuando las ideas son claras, hay convicción, trabajo y lealtad con un proyecto, los resultados que se obtienen están directamente correlacionados con lo anterior, más allá de eventuales reveses que sin duda debemos calificar como puntuales. Con seis jugadores estelares ausentes, nuestro intrépido DT decidió convocar a varios elementos jóvenes formados en la U. Salvo un par de casos (Leyton y Vergara), el resto tuvo participación en cancha en partido oficial de campeonato. Y no sólo eso, todos fueron capaces de demostrar condiciones esperanzadoras para el club. La política deportiva que se está aplicando va en la dirección de lo que todo aquel que se identifica verdaderamente con la U quiere: jugadores enraizados y amantes de su camiseta. Incluso aquellos jugadores que provienen de otras tiendas, consiguieron contagiarse con el espíritu y mística azul. Con ello se valida nuevamente que el paso por un club como la Universidad de Chile aporta a sus miembros no sólo la experiencia de trabajar en un grande, sino también la posibilidad de empaparse de una esencia cargada de valores y romanticismo. Aunque sea tan sólo un partido, la evaluación aquí expresada tiene el mérito suficiente para dibujar un futuro auspicioso. Será tarea de quiénes sigan a la cabeza del club mantener y consolidar este rumbo.
El análisis del partido lo reduzco a lo siguiente: una entrega descollante, a ratos un nivel de juego extraordinario y valores muy parejos rindiendo en función de sus propias características. Es decir, un auténtico y notable trabajo de equipo. Vale la pena destacar la figura del peruano Ruidíaz, que además de anotar un gol digno de los mayores talentos, fue responsable de la conversión de otros dos goles. Casualidad o no, fijarse en talentos provenientes de países distintos a los del Atlántico es una buena política. Cuantas veces hemos sido testigos de jugadores mercenarios que, por el solo hecho de provenir de países asociados con los mercados más valorados del fútbol, creen tener una categoría superior sobre el resto. Por cierto hay excepciones, pero es muy razonable mirar otros horizontes en busca de refuerzos foráneos.
Esperanzadora actuación de Angelo Henríquez, quien mostró casta de goleador, buena técnica, entrega y amor por su camiseta. Sin temor a exagerar, me parece que estamos en presencia de un nuevo gran jugador azul. Habría que mencionar a cada participante del pleito de anoche para destacar su participación, a excepción de la deslucida actuación de Francisco Castro. Resaltar la buena nueva de las altas de Emilio Hernández y Guillermo Marino. Se espera que para el duelo del próximo sábado ante Cobresal, esté de regreso también el gran precio pagado este año por Azul Azul: Eduardo Morante. Poco a poco Sampaoli comienza a configurar un equipo, de más de veinte jugadores, para afrontar el exigente calendario del semestre. Habrá que depositar en él, como debe ser, toda la confianza para ver nuevamente a la Universidad de Chile encumbrada en el nivel que le corresponde. Saludos a todos los amigos azules, viva la U.    

sábado, 25 de febrero de 2012

O’HIGGINS 3 / UNIVERSIDAD DE CHILE 0

El revés más grande de la U al mando de Sampaoli; así se puede resumir el partido disputado en la impresentable cancha de Rancagua. Con un estimulante inicio, la U se creó algunas oportunidades claras de gol frente al arco del buen portero Marín. Tanto así que el árbitro se comió una clara falta penal en contra de Lorenzetti. Sin causar extrañeza, los ignaros comentaristas de la transmisión televisiva opinaron que no existió tal falta. Sin comentarios. El partido transcurrió con claro dominio azul hasta que se produjo el primer desajuste de la defensa. Una descoordinación en las marcas por el sector derecho de la defensa, permitió la entrada libre del jugador de la U Nelson Rebolledo (a préstamo en O’higgins), quien con preciso centro habilitó al excelente delantero Enzo Gutiérrez, autor del primer gol. Es acá donde se produce a mi entender, una situación que explica en parte la mala tarde del equipo. Durante el partido ante Godoy Cruz, elucubré la salida de Acevedo para dar paso a Cereceda y desplazar a José Rojas como central. Lo anterior debido a la carencia de centrales y a que Acevedo aparentemente no entregaba la seguridad necesaria en esa zona de la cancha (tal parece que Sampaoli pensaba lo mismo) . Sin embargo, esta teoría quedó en tela de juicio, pues el “Pepe” Rojas definitivamente no se acomodó a la posición de central en línea de cuatro defensores. El detalle de la jugada del primer gol, es que justamente Rojas pierde en forma torpe la marca de Gutiérrez por el centro del área. Probablemente esa especialidad la domina mejor Acevedo, insisto, a pesar de sus falencias.
El segundo gol se origina primero, en la paupérrima marca de Osvaldo González y Rojas al propio Enzo Gutiérrez y en segundo, por el error en la sanción de falta penal que decretó el fulero juez del encuentro Eduardo Gamboa.
Independiente del fracaso del tramado defensivo presentado esta tarde, el equipo nunca más pudo volver a desplegar el acostumbrado fútbol contundente en ataque. Probablemente, influido por el mal desempeño de la zaga y por el inicio de temporada, pues ciertamente se requiere de tiempo para encontrar un funcionamiento óptimo y regular. El tercer gol no es más que el reflejo de todo lo descrito anteriormente, incluso pudo llegar el cuarto.  Tan negra fue “la tarde de Rancagua”, que desde los doce pasos Marcelo Díaz desperdició la oportunidad de descontar el tres a cero, a falta de algo más de diez minutos por jugarse.
En el fútbol las malas jornadas ocurren, es por ello que el plantel y el cuerpo técnico deberán sacar conclusiones para evitar que actuaciones así se repitan. Es muy raro ver caer a la Universidad de Chile de esta manera, luego de haberse transformado en un elenco prácticamente invencible el año pasado. También es bueno experimentar algunas derrotas que permitan conturbar  la mente de los jugadores, técnicos e hinchada. De esta forma, cualquier atisbo de asimilar una superioridad axiomática por sobre el resto desaparece, obligándose a trabajar con humildad y a recuperar el tremendo nivel potencial que es sabido tiene este equipo. No se debe restar méritos además, al excelente trabajo que consiguió desarrollar el rival. Una escuadra solidaria, aplicada, con algunos jugadores desequilibrantes y un técnico que comienza a exhibir su talento como estratega. Felicitamos a O’higgins de Rancagua por su valioso triunfo frente al campeón vigente de Chile y Sudamérica. Habrá que prevenir esta vez a la dirigencia rancagüina de las grúas del muladar de Macul, pues sin competencias internacionales que disputar este año y en su reducto manchado, el equipo del máximo tirano chileno perdía esta tarde frente a la Universidad de Concepción de Víctor Hugo Castañeda. El pinochetista Basay abandonó O’higgins para plasmar con las vedettes de Sodoma, sus incapacidades como técnico de fútbol.
Un abrazo a todo el pueblo azul, viva la U siempre.

viernes, 24 de febrero de 2012

Universidad de Chile 5 – Godoy Cruz 1

Ronald Fuentes lo pronosticó en medio de los tartamudeos bellacos de la prensa nacional: la Universidad de Chile recuperará su verdadero nivel recién a fines de febrero”. Y, por lo visto en el Estadio Santa Laura, el ex defensor azul dio absolutamente en el clavo. La U arroyó a su adversario haciéndolo parecer un equipo de segunda categoría. Y atención: Godoy Cruz venía invicto luego de enfrentar a cuadros como Peñarol y Vélez.
La goleada fue extraordinaria pero, una vez más, lo más relevante fue la manera en que se impuso la U: valiéndose de triangulaciones ejecutadas con toques de primera, pases profundos exactos que dejaban en posición ventajosa tanto a volantes como delanteros y una anticipación defensiva limpia que se convertía en ataques certeros, los campeones sudamericanos revitalizaron su potencia creativa y dieron una demostración excelsa de fútbol ofensivo. El tercer gol es la síntesis de esta observación, pues quien llega a imperar en tres cuartos de cancha rival es Osvaldo González: sí señores, el zaguero central ganándole la posición a dos contrincantes en terreno enemigo, con el partido 2 a 0 a favor y quedando segundos para el final del primer tiempo. Estos son los detalles que han llamado la atención de todo el continente. Aunque sea difícil de creer, fanáticos brasileños, argentinos, uruguayos, colombianos y ecuatorianos siguen los partidos de nuestra querida Universidad de Chile.
Si bien aún es temprano como para realizar análisis comparativos, nos atreveríamos a decir que la versión 2012 de la U poseerá un despliegue aún más veloz que el del año pasado, pues si se estudian los refuerzos que arribaron al equipo se infiere que el denominador común es, precisamente, la rapidez y el buen control del balón: Fernandez, Ruidíaz, Cereceda, Morales, Hernández y el mismo Morante, quien pese a ser un zaguero alto y fuerte también es veloz y tiene cualidades técnicas interesantes.
Marcelo Díaz y José Rojas habían señalado que la U no tardaría en despertar porque se había mantenido a gran parte de los jugadores del 2011 y que sólo faltaba que los refuerzos se adecuaran al exigente esquema de Sampaoli y al trabajo severo de Jorge Desio. Por tal razón, los hinchas azules más experimentados sabían que el revés en Colombia sólo formaba parte de un período de ajuste que implicaba, por desgracia, sacrificar algunos resultados.
El aspecto más sublime del partido ante los mendocinos fue el debut de Ángelo Henríquez. La prensa local se había regocijado con una supuesta crisis que afectaba las relaciones internas del club, las que, según su ridículo y cretino cerebro, se debía a que los dirigentes no habían cumplido su palabra y ahora la U carecía de un centrodelantero de fuste. Puede ser que aquello haya molestado a Sampaoli, pues es lógico que él exija las condiciones que considera óptimas para repetir los logros del 2011; sin embargo, no debemos olvidar que las mejores presentaciones internacionales de los azules enseñaron el mismo esquema con el que se goleó a Godoy Cruz, esto es: una línea de 3 seguida por 4 volantes más Lorenzetti enganchado libre para habilitar a los dos punteros que hacen la diagonal hacia el área. Ángelo Henríquez ahora se convierte en una alternativa absolutamente necesaria cuando se enfrente a equipos brasileños, que hasta ahora, recordando el partido contra Vasco da Gama, son los únicos cuadros capaces de tomarle la mano al mediocampo del campeón de Sudamérica. ¿Por qué? Simple: porque junto a la U son los únicos conjuntos que tocan de primera y que tienen exuberancia física, creatividad y anticipo. Por tal razón la tarea se le dificultó tanto a Lorenzetti contra Vasco en Río de Janeiro: quedó huérfano y a expensas de la ligera inventiva carioca. ¿Cómo lo solucionó Sampaoli aquella vez? Con el ingreso de Canales; es decir, con un centrodelantero pujante y que sea capaz de engancharse para así mantener ocupados a los zagueros y a los volantes de contención. Desde el miércoles, este elemento es Ángelo Henríquez: le dieron 5 minutos, tuvo dos ocasiones y encajó la segunda de forma espectacular sentenciando la justicia en el marcador. Y es que así emergen los 9 de verdad, sólo basta evocar el debut de Salas contra las ratas blancas.
Por ahora hay que mantener la calma y la humildad. La U parece haber vuelto en una versión mejorada y hay que tener la esperanza de que nos vuelva a dar alegrías aún mayores que las del año pasado. Pero lo hará paulatinamente, con trabajo, en silencio y combatiendo contra las lauchas albinas que se esconden en la prensa nacional, como siempre.

Palestino 1 - Universidad de Chile 3

Incluimos esta crónica con cierta tardanza porque somos gente de trabajo y no vagos bastardos que, subvencionados de manera irresponsable, tienen todo el tiempo del mundo no sólo para disfrutar de la U, sino también para generar problemas descabellados en la hora más gloriosa del club. Ya es hora de que estos hampones desaparezcan de los estadios, pues sólo son la triste imitación de los maleantes que infectan páramos aún más patéticos que nuestro siniestro terruño.
El ambiente de la Universidad de Chile estaba convulsionado por culpa de los hijos de perra que habían logrado la suspensión del partido contra Iquique y por los rebuznos de una prensa asquerosa que se había regocijado con la derrota de la U en Colombia. Por eso era importante ganarle a Palestino, un equipo complicado y especulador que, además, se dedicó a golpear durante todo el partido gracias a la displicencia del árbitro Julio Bascuñán, el títere de turno.
Luego de un primer tiempo confuso en el que sólo brilló la agresión estúpida del arquero Núñez en contra de Felipe Gallegos y el gol perdido por Llanos cara a cara contra Johnny Herrera, Sampaoli dispuso el ingreso de Raúl Ruidíaz en reemplazo del ya irremediablemente abúlico Pedro Morales y las cosas cambiaron. La U ganó velocidad, presencia ofensiva y terminó ganando el partido sin antes pasar un susto luego de ciertos desajustes defensivos que aún están presentes.
La nota negra: el patadón desquiciado e impune que sufrió Ruidíaz al convertir el tercer gol y que lo dejará afuera del partido contra Godoy Cruz, situación lamentable dado el poder de gol del peruano y la relevancia que posee aquel encuentro: la U debe ganar por obligación, con gol de codo, de rodilla o de ceja, da lo mismo.
En estos instantes, tal como lo expresó Marcelo Díaz, los azules deben imponerse en todos los partidos que disputen de local si pretenden pasar a la segunda fase de la Copa Libertadores. Tarea no menor si consideramos la escasa cantidad de pleitos que se han disputado. En fin, sólo nos resta confiar en el cuerpo técnico y en los jugadores que nos dieron tantas alegrías el año pasado. Un abrazo a todos y la mejor de las suertes para este miércoles ante los mendocinos.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Nacional de Medellín 2 – Universidad de Chile 0

Una de las inquietudes que dejó el exitoso 2011 era la forma en que llegaría la U a un precipitado inicio de Copa Libertadores: luego de terminar una exigente campaña prácticamente el último día del año, con 10 días de vacaciones, una pretemporada dura a cargo del riguroso Jorge Desio y jugadores nuevos en período de adaptación, era ridículo esperar la reproducción del rendimiento alcanzado en la Copa Sudamericana. A esto hay que sumar la política austera del club, la partida extemporánea de Gustavo Canales y la lesión de Eduardo Morante. Por eso llama la atención la refulgente estupidez del periodismo deportivo nacional, embanderado con el fracaso y el pesimismo tal como lo hacían los burdeles de antaño respecto de las enfermedades venéreas. No tardaron en hilar sus babas ignorantes en torno a la palabra “decepción”.  
La derrota a manos de Nacional en Medellín, si bien es un resultado odioso, llega en el momento oportuno: esto es sólo el comienzo, es reversible y Sampaoli sabrá sacar las conclusiones de rigor, pues aún está buscando la oncena titular y quienes no aprovechen la oportunidad adornarán la banca de suplentes. Esto debiera preocupar al apático Pedro Morales.
Anoche se extrañó la presencia de Matías Rodríguez, un jugador copero por excelencia y, pese al buen desempeño de Charles Aránguiz y de Marcelo Díaz, el mediocampo creativo no pudo resolver la estrategia defensiva de Nacional, cuadro que no tuvo vergüenza de jugar al contragolpe y de hacer tiempo: reflejo del respeto que se ha ganado la Universidad de Chile en el continente.
Hubo mucha imprecisión, costaba controlar el balón -tal vez por la altura- y los delanteros estuvieron muy pasivos al momento de zafarse del anticipo. El tridente ofensivo, pese a la protesta de los aguafiestas, cuenta con variantes sugestivas a las que sólo debe sumarse un centrodelantero de fuste: si este componente no se halla en el mercado sudamericano es la hora de acudir a Ángelo Henríquez.
Lo positivo de ayer, otra vez, fue la valentía del cuerpo técnico: si antes del encuentro nos hubiesen dicho que la zaga de la U jugaría en Medellín con una línea de 3 conformada por Magalhaes, Acevedo y Rojas, habríamos visto el partido en una iglesia. Sin embargo, esto no fue un baile, los colombianos no fueron una tromba y los azules dominaron el centro del campo. El problema fue la falta de profundidad, asunto que puede resolverse en el corto tiempo y en el que Guillermo Marino y Gustavo Lorenzetti tienen mucho qué decir.
Es fácil crucificar a Albert Acevedo, pero debemos convenir en que este jugador fue al sacrificio en una zona en la que se siente incómodo. Acevedo es muy interesante en labores tácticas específicas pero jamás como líbero. No olvidemos su impecable presentación ante Liga en Quito. Lo que sí dejó ver el segundo gol de los anfitriones es que la ausencia de Morante unida a un bajón de Osvaldo González deja a la retaguardia en la más absoluta orfandad, situación fatal ante la calidad de los delanteros latinoamericanos. La partida de Marcos González debió haber implicado el arribo de dos zagueros de calidad internacional y no sólo de uno. Esperemos que Lichnovsky sea capaz de mitigar esa carencia.
Por ahora es imperioso mantener la calma. Éste era recién el tercer partido oficial de los azules y se enfrentó a una potencia sudamericana de manera digna y atrevida. Sampaoli usará el pleito contra Palestino como ensayo para el vital compromiso contra Godoy Cruz el próximo miércoles. 
Ojo: en estas Copas no es tan importante cómo se empieza, sino cómo se termina.
¡A apoyar a la U con todo y a escarmentar a los macacos que pretenden fastidiar este momento histórico con un boicot absurdo! ¡Viva la U, mierda!

viernes, 10 de febrero de 2012

Universidad de Chile 1 – Iquique 1

La U estaba jugando bien, mostraba agilidad, presión constante y de no mediar cierta ansiedad en el momento de definir podría haber ido ganando por dos o más tantos de diferencia. Charles Aránguiz y Matías Rodríguez estaban haciendo un partidazo, Junior Fernandes evidenciaba su velocidad desequilibrante y Ruidíaz demostraba su talento… Pero ocurrió lo impensado: una pandilla de macacos lanzó fuegos artificiales a la cancha y el árbitro Polic no tuvo más remedio que suspender el partido.
Lo más grave es que la intención de este clan de subnormales era precisamente originar la supresión del pleito en señal de protesta contra la concesionaria Azul Azul. Y es más, estos hampones han señalado que seguirán motivando la interrupción de los siguientes encuentros, incluyendo los de la Copa Libertadores porque los títulos internacionales no les importan.
Semejante afirmación resiste cualquier clase de análisis porque proviene de mentes sumidas en la estupidez total, en la droga de bajo estrato y en la egolatría propia de los rotos de mierda. ¿Qué clase de hijo de puta puede decir que no le interesa que la U consiga campeonatos continentales? Sólo las ratas blancas pueden desear eso. Conclusión del silogismo: estos saboteadores de medio pelo se hermanan con las lauchas albas y merecen, por tanto, una paliza de proporciones por su traición.
No sólo debe esperarse la reacción de las autoridades y de las fuerzas policiales, pues es la misma hinchada azul la que debe repeler a esta clase de bastardos mal nacidos. ¿Qué ocurre cuando la gente atrapa a un ladrón en la calle? Le dan una zurra de la puta madre. Los vagos en cuestión son aún peores, pues lo que se roban es la alegría.
Los hinchas de verdad, esos que pagan la entrada luego de trabajar de manera sacrificada y decente, esperaron toda una vida para ver a la Universidad de Chile en el nivel que exhibe hoy: con un cuerpo técnico de lujo y un plantel exitoso que se erigió como el mejor campeón sudamericano de la historia. Por eso las amenazas de esta caterva de cerdos es imperdonable y debe poner en alerta a toda la comunidad azul: es hora de frenar el predominio de la canalla miserable y expulsarlos a fierrazo limpio. Ojalá en el hocico.
¿Qué pasaría si, efectivamente, estos perros desgraciados consiguen su propósito y la U sufre una serie de partidos cancelados, incluyendo los internacionales? Simple, nos vamos a la cresta: Sampaoli renuncia, los jugadores aceptarían la primera oferta que les pusieran al frente y la U volvería a ser un club del montón. ¿Eso es lo que desean, conchas de su madre?
Azul Azul está en una encrucijada: o se deja vencer por esta manada de hienas tiñosas o diseña el plan de expulsión definitiva de esta plaga. No quedará más remedio que implantar controles severos en el estadio e infiltrar las galerías con cámaras de seguridad y guardias privados. Así, el que en dictadura fue un espacio de libertad y de expresión se convertirá en una zona vigilada y sujeta a inspecciones celosas. Eso es lo que han conseguido estos pungas miserables: todo lo pervierten, todo lo pudren y merecen extinguirse como si fueran piojos.
Las autoridades deben estudiar cómo las potencias europeas dominan a sus hampones. Inglaterra fue capaz de recuperar sus recintos deportivos y ahora los jugadores pueden abrazarse con sus hinchas y festejar juntos cada conquista alucinante. Qué hermoso sería si aquello ocurriera alguna vez en nuestro país. Primero hay que eliminar a los zánganos.

miércoles, 8 de febrero de 2012

DEPORTES LA SERENA 1 / UNIVERSIDAD DE CHILE 3

El debut de Universidad de Chile en el “Apertura 2012” quedó marcado por el caso del jugador Gustavo Canales. Quiero dedicarle algunas líneas al tema. El delantero recaló en la U habiéndose pagado el precio más alto en la historia de las transferencias internas del campeonato nacional. Como en casi todo proceso de adaptación, el jugador estuvo extraviado futbolísticamente pero apareció en los momentos más importantes para el club. Un hombre de acabada riqueza técnica y frío para definir en instancias decisivas. Todo el pueblo azul recordará por siempre aquella épica noche en que abofeteamos las mejillas de los “cruzados” insulsos. Cerrando también una correcta actuación en la memorable obtención de la Copa Sudamericana, Canales sucumbió ante una oferta millonaria proveniente desde China. Lo anterior al punto de perder todos los estribos respecto a la forma como manejó la situación. Hoy en día el centro de gravedad en la vida lo constituye el dinero, así de claro y simple. La decadencia valórica de los últimos tiempos nos ha llevado a vivir inmersos en un mundo altamente competitivo, individualista y egoísta. Pocos son quiénes pueden jactarse de vivir al margen de esta vorágine instalada. Frente a ello, quien podría condenar a Canales por su decisión final. Sin embargo, nadie se detiene a pensar en los efectos colaterales de una decisión basada únicamente en lo económico. Y es allí donde Canales deberá asumir las consecuencias que podría acarrearle un imprevisto en su contra luego de haber dado el paso que finalmente dio. Lo criticable y condenable es a mi juicio, la forma en que manejó el tema. Habiéndosele acogido cuando desistió de emigrar en primera instancia, en mejores condiciones económicas que las que tuvo el 2011 en la Universidad de Chile y habiendo declarado públicamente que se quedaba, finalmente decide abandonar a su grupo contraviniendo su palabra, un contrato arreglado y mejorado, y a un director técnico que lo avaló “a muerte”. Cuidado con la danza de millones, la que hubiese ganado acá no era nada despreciable si se consideran los ya mencionados factores colaterales que pueden determinar la suerte final de un camino escogido sólo en base a uno de éstos: el dinero.
En lo netamente futbolístico, la U consiguió por momentos acercarse al afamado cuadro que levantó la Sudamericana vapuleando al recientemente denominado “rey de copas”. Los jugadores aun se encuentran en fase de ajuste físico y futbolístico por lo que se les debe esperar un par de partidos. En suma, la estructura principal del equipo se mantiene y, se avizora un futuro auspicioso en la suplencia de delanteros como Canales y Vargas. Tanto Junior Fernandes como Raúl Ruidíaz, demostraron tener las condiciones y méritos suficientes para transformarse en jugadores desequilibrantes en ataque. En la zona defensiva, urge ver en acción al ecuatoriano Morante. Aunque se valora la entrega de Acevedo, éste no da las garantías suficientes para ocupar la plaza de líbero. Es propenso a errores graves y no tiene el timing ni la envergadura física necesaria para frenar los avances del rival. Albert ha mostrado buenos rendimientos cuando se le encomienda una función específica, como la cumplida en Quito, o cuando viene desde la banca a ocupar la franja derecha en defensa.
En relación a la necesidad de un 9 goleador, esperemos que llegue un jugador probado y ciertamente, ajeno a todo vínculo con equipos indeseables y cuyo pasado no acuse insolencias hacia la U. No se requieren vedettes más pendientes de su peinado que de su rendimiento futbolístico.

El 14 de febrero comenzaremos a vislumbrar el tranco y la impronta que tendrá nuestra amada Universidad de Chile en una nueva versión de la Copa Libertadores de América. Viva la U, siempre!!   

jueves, 2 de febrero de 2012

Universidad de Chile 1 – ratas blancas 2

Siempre es desagradable perder contra las ratas blancas, aunque se trate de un partido amistoso. Esto se debe a que aquella institución pestilente representa lo peor de Chile: el pinochetismo rasca, la mafia corrupta, el robo a espaldas del país, el éxito fácil, el embuste histórico, la vulgaridad, el arribismo, la manipulación, la codicia mundana y la pedantería. Groserías aglutinadas en un espejismo de laureles podridos que origina el éxtasis en una hinchada indeseable, la que incluye periodistas sinvergüenzas y manipuladores. Estos mequetrefes no tienen más remedio que proyectarse en triunfos abstractos para que actúen como opio de una realidad paupérrima. Las ratas blancas son el somnífero altanero de un pueblo ignorante e ingenuo y siempre serán el engendro bastardo de Pinochet, su abyecto socio honorario.
No es extraño que idiotas como Hernán Levy enardezcan los ánimos con declaraciones que pretenden declarar una superioridad que hoy en día es inexistente. Hemos comentado hasta el cansancio la subvención que le otorgó la dictadura militar a ese club de alimañas, amparo inicuo que pavimentó sus conquistas de corto alcance. Y es que la fama internacional de las ratas blancas fue breve y concluyó de manera denigrante: con goleadas vergonzosas que desbarataron los supuestos contratos millonarios de sus títeres en Europa. Así y todo, durante 20 años se ufanaron de ser los únicos en ostentar un trofeo internacional y basaron su irritante vanidad en tal logro, manifestando una insalubre preocupación cada vez que un equipo chileno llegaba a instancias semejantes. Cuando la U ganó la Copa Sudamericana, convirtiéndose en el mejor campeón continental de la historia, esa jactancia se evaporó de manera mortuoria y se diluyó en vahos de envidia e imprecaciones insolentes. El fétido universo de Coco-Loco se fue al carajo porque concentró sus anhelos de gloria en el fracaso de los antagonistas y no en los méritos propios, verdadera oda a la mediocridad y a la indigencia moral. Es más, de esta penuria ética, y por suerte ajena, la Universidad de Chile debe sacar importantes conclusiones para determinar su futuro: obtener una Copa y luego desaparecer del orbe no tiene sentido, su meta más importante debe ser la obtención de una constante presencia internacional que cada cierto tiempo implique títulos para el país. Al parecer las condiciones existen y sólo deben consolidarse las divisiones inferiores.
En cuanto al partido de esta pintoresca Copa Gato, el análisis es simple: un arbitraje hediondo de Gamboa, quien incluso anuló el 2 a 0 de forma injustificada, un planteamiento cobarde de Divo Basay, varias distracciones por calentura, pirómanos subnormales y un actor indecente como Prieto, el arquero de las vedettes de Sodoma.
Si bien los azules aún están en rodaje, se avizora un equipo ágil y entretenido, algo que no debiera sorprendernos porque el actual cuerpo técnico de la U es el mejor de Sudamérica. En artículos anteriores ya señalamos que los primeros dos meses serán difíciles, por eso no debe exigirse perfección en la fase de grupos de la Copa Libertadores. El plantel está capacitado para pasar a octavos de final, pero si se pretende que lo haga emulando el rendimiento alcanzado a fines del año pasado estamos todos locos. Seguramente los periodistas deportivos cometerán tal despropósito, pues tienen cáscaras de melón en lugar de sesos, además de cierto rencor de rata blanca.