“El proyecto Sampaoli”. Así podríamos denominar lo acontecido anoche durante el partido disputado sin público en el Santa Laura. Cuando las ideas son claras, hay convicción, trabajo y lealtad con un proyecto, los resultados que se obtienen están directamente correlacionados con lo anterior, más allá de eventuales reveses que sin duda debemos calificar como puntuales. Con seis jugadores estelares ausentes, nuestro intrépido DT decidió convocar a varios elementos jóvenes formados en la U. Salvo un par de casos (Leyton y Vergara), el resto tuvo participación en cancha en partido oficial de campeonato. Y no sólo eso, todos fueron capaces de demostrar condiciones esperanzadoras para el club. La política deportiva que se está aplicando va en la dirección de lo que todo aquel que se identifica verdaderamente con la U quiere: jugadores enraizados y amantes de su camiseta. Incluso aquellos jugadores que provienen de otras tiendas, consiguieron contagiarse con el espíritu y mística azul. Con ello se valida nuevamente que el paso por un club como la Universidad de Chile aporta a sus miembros no sólo la experiencia de trabajar en un grande, sino también la posibilidad de empaparse de una esencia cargada de valores y romanticismo. Aunque sea tan sólo un partido, la evaluación aquí expresada tiene el mérito suficiente para dibujar un futuro auspicioso. Será tarea de quiénes sigan a la cabeza del club mantener y consolidar este rumbo.
El análisis del partido lo reduzco a lo siguiente: una entrega descollante, a ratos un nivel de juego extraordinario y valores muy parejos rindiendo en función de sus propias características. Es decir, un auténtico y notable trabajo de equipo. Vale la pena destacar la figura del peruano Ruidíaz, que además de anotar un gol digno de los mayores talentos, fue responsable de la conversión de otros dos goles. Casualidad o no, fijarse en talentos provenientes de países distintos a los del Atlántico es una buena política. Cuantas veces hemos sido testigos de jugadores mercenarios que, por el solo hecho de provenir de países asociados con los mercados más valorados del fútbol, creen tener una categoría superior sobre el resto. Por cierto hay excepciones, pero es muy razonable mirar otros horizontes en busca de refuerzos foráneos.
Esperanzadora actuación de Angelo Henríquez, quien mostró casta de goleador, buena técnica, entrega y amor por su camiseta. Sin temor a exagerar, me parece que estamos en presencia de un nuevo gran jugador azul. Habría que mencionar a cada participante del pleito de anoche para destacar su participación, a excepción de la deslucida actuación de Francisco Castro. Resaltar la buena nueva de las altas de Emilio Hernández y Guillermo Marino. Se espera que para el duelo del próximo sábado ante Cobresal, esté de regreso también el gran precio pagado este año por Azul Azul: Eduardo Morante. Poco a poco Sampaoli comienza a configurar un equipo, de más de veinte jugadores, para afrontar el exigente calendario del semestre. Habrá que depositar en él, como debe ser, toda la confianza para ver nuevamente a la Universidad de Chile encumbrada en el nivel que le corresponde. Saludos a todos los amigos azules, viva la U.