Aunque
al comenzar cada torneo siempre existe la esperanza de que la U sea capaz de obtener el
título, el que acaba de finalizar no tenía tal propósito por parte de la nueva
directiva, pues la urgencia era encauzar un orden alterado por la horrenda mano
de Yuraszeck. Y es que después de la corona alcanzada en el primer semestre del
2012, con aquellas increíbles actuaciones de Johnny Herrera y de Guillermo Marino
ante O’Higgins, las idioteces se desataron una tras otra: Sabino Aguad renunció
a su cargo como gerente deportivo porque se priorizó la permanencia de
Sampaoli, un DT que amenazaba con su partida constantemente y que no supo
reforzar el plantel. Para más remate, después de fracasar abandonó el barco. Sus
reemplazantes fueron el inexperto Darío Franco y el incompetente Marco Figueroa,
cuando el sentido común aconsejaba el arribo de un estratega de nivel
sudamericano, como el trasandino Edgardo Bauza, multicampeón con la LDU de Quito y actual monarca continental
con San Lorenzo. Como si la farra no fuera suficiente, el plantel continuó
llenándose de lastres porque Yuraszeck era quien decidía el nombre de los
refuerzos y prefirió ganarle el quién vive a las ratas blancas en lugar de
contratar con inteligencia. El resultado de todo este desbarajuste fue una
sequía de campeonatos locales y dos tristes eliminaciones a nivel
internacional. Sólo la Copa Chile
ganada a la UC
aportó algo de alegría. Como epílogo, las salidas de Charles Aránguiz y de
Guillermo Marino afianzaron la decadencia.
La
presidencia de Heller debía desenmarañar tales embrollos y desde el inicio se
advirtieron claras señales de idoneidad: vuelve Sabino Aguad, ingresa Alberto
Quintano, llega el cuerpo técnico comandado por Martín Lasarte y con ello los
refuerzos de verdad: Mathías Corujo, Guzmán Pereira, Gonzalo Espinoza y Gustavo
Canales. De esta manera, ocurrió lo impensado: los azules rápidamente tomaron
el liderazgo del torneo y no lo perdieron jamás.
Hubo
tres momentos complejos en la historia de este campeonato número 17: el empate
ante Iquique, propiciado por un forzado penal que cobró el cerdo Gamboa; la
derrota ante el eterno cafiche, causada por las malas decisiones de Lasarte, el
descaro del mequetrefe Osorio y las lesiones de algunos referentes; y,
finalmente, la desabrida igualdad ante Barnechea, cuyo DT se convirtió en el
puto de turno y fue ensalzado en todos los medios de información como si se
tratara del nuevo mesías, a pesar de que su sabiduría sólo consistió en instalar
dos líneas de cinco. Las dos derrotas posteriores de su dream team restituyeron su anonimato.
Es
cierto, la U era un
equipo en rodaje, lo confirmaban la fortuita victoria ante la Universidad de
Concepción y los constantes desaciertos defensivos que Johnny Herrera debía salvar
partido a partido. Así las cosas, las dos últimas fechas se veían complejas,
más aún si la prensa gozaba con la escalada de los indios al primer lugar y le
endosaba a Basay una paternidad inexistente sobre los azules. La U hizo un gran partido en Chillán,
incluso pudo abrir la cuenta antes del minuto; sin embargo, después del gol de
Gustavo Canales, Ñublense estuvo a punto de igualar tras una falla rudimentaria
que se repetía por enésima vez: tras el clásico uno-dos, los zagueros perdieron
la marca y se fueron tras el balón. El gol de Patricio Rubio evitó un susto
mayor y se pudo amarrar un triunfo importantísimo, coronado por el discreto
Ramón Fernández. Ahora quedaba la última fecha y no había margen de error.
Para
ser sinceros, de no mediar un arbitraje descarado, se sabía que el triunfo de cocoloco
en Valparaíso era prácticamente imposible: Wanderers venía en alza hacía rato,
Emiliano Astorga no regala nada porque es un técnico conservador y los caturros
querían vengarse de una de las maniobras más sucias de la historia del fútbol
chileno: en el torneo anterior, la
ANFP debió suspender el pleito entre ambos equipos en
Santiago porque los cerros porteños estaban ardiendo, pero no tuvo ni la
decencia ni los cojones para hacerlo, pues no se le podía aguar la fiesta al
eterno cafiche. De hecho, si algo de integridad tuvieran, los mismos dirigentes
y jugadores de este club de mierda hubiesen exigido el aplazamiento. Pues bien,
este sábado pagaron su insolidaridad y tendrán que armar sus pesebres de fin de
año con cabezas de chancho, mocos de milico, ratones muertos y árbitros en
pelota colgando de las huevas.
Por
su parte, la U
debía vencer a un equipo aplicado que, seguramente, sería premiado con un
maletín “arvo” lleno de golosinas si se llevaba puntos desde el Nacional. De
hecho, Unión La Calera
abusó de las infracciones en el mediocampo, jugó de manera desleal, hizo tiempo
hasta el minuto 88 y reclamó absolutamente todo: extraña disposición para un
equipo que ya no tenía metas deportivas. Pese a que los azules se farreaban ocasiones
una y otra vez, existía una especie de premonición colectiva: el gol iba a
llegar. Antes del penal bien cobrado, pese al llanterío de la radio Cooperativa,
hubo una agresión en contra de Rubio que también debió sentenciarse como pena
máxima y además con expulsión. Esto se lo aclaramos a todos los papanatas chuchas
de su madre que se atreven a hablar de robo. Gustavo Canales venció al ganapán
Giovini y al minuto siguiente los indios fallecían en Valparaíso. Final
perfecto y aleccionador, como pocas veces se da: ganó el equipo que lideró la
tabla durante todo el semestre, los porteños vengaron la afrenta sufrida
durante el trágico incendio y el eterno ladrón está escondido en su cueva cocinando
pasteles de caca para festejar el Año Nuevo.
Este
puede ser el comienzo de un proceso muy importante para el club, principalmente
porque veremos a un cuerpo técnico liberado del triste apelativo de segundón que adquirió tras las campañas
con la UC , mote
que la capciosa prensa criolla acrecentó a medida que la U enredaba puntos. Pues bien,
Lasarte es campeón y podrá trabajar tranquilo. Sólo pueden llegar tres
refuerzos y aquello es positivo, pues con la Copa Libertadores muy cerca
quienes arriben deben ser jugadores calados. Esto obligará, a su vez, a liberar
los cupos de extranjeros que sólo Lorenzetti y los seleccionados uruguayos supieron
justificar. Tácticamente, lo más razonable parece ser la adquisición de un 10 y
de dos delanteros de peso. También podría considerarse la llegada de un lateral
derecho que soltaría a Corujo y la de un arquero suplente que ofreciera más
seguridad.
Un
abrazo a todos los azules esparcidos por el mundo y a disfrutar con este título
estresante y muy merecido, a pesar de lo que algunos periodistas bastardos y
otros mediocres como Cellerino y las ratas blancas puedan decir. ¡La U es campeón, chuchas de su
madre!
Ser un romántico viajero
ResponderEliminary el sendero continuar,
ir mas allá del horizonte
do remonta la verdad
y en desnudo de mujer
contemplar la realidad
Brindemos, camaradas, por la Universidad
en ánforas azules de cálida emoción
Brindemos por la vida fecunda de ideal
sonriendo con el alma prendida en el amor
Ser un romántico bohemio
cuyo ensueño es el querer
ver las amadas ya olvidadas
y dejadas al pasar
y en desnudo de mujer
contemplar la realidad
Brindemos, camaradas, por la Universidad
en ánforas azules de cálida emoción
Brindemos por la vida fecunda de ideal
sonriendo con el alma prendida en el amor
La, lará, lará, lará, lará
la ,lará, lará, lará, lalará
ceacheí, ceacheí, ceacheí
CCEACHEííí
GRANDE LA U CTM!!!
La emoción de seguir el partido lejos del país, amplifico la alegría de este campeonato conseguido, debo reconocer que despues habra espacio para un analisis mas tactico del torneo, pero por ahora me siento feliz de compartir junto a ustedes, mi abuelo, mi padre y mi familia el sentimiento de llevar a la Universidad de Chile dentro de nuestra Alma!!. Un titulo obtenido sobre el equipo de pinochet le otorga un color azul aun mas radiante.
ResponderEliminarNo lograron ensuciar esta heroica y justa victoria deportiva. Justo premio para rendimientos fuera de serie; JhonyHerrera quien se convirtió sin duda en el jugador mas importante y regular para conseguir el titulo y nuevamente Gustavo Canales cerrando con broche de gol un nuevo titulo en momentos donde otros flaquean.
GRACIAS UNIVERSIDAD DE CHILE!!!
GRACIAS PAPA POR HACERME HINCHA DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE!!
GRACIAS AMIGOS POR COMPARTIR ESTE SENTIMIENTO!!
UNIVERSIDAD DE CHILE CAMPEÓN 2014