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viernes, 27 de enero de 2012

Universidad de Chile 1 – Nacional de Montevideo 1

Soslayando el vulgar show en serie que incluyó canciones disonantes e intérpretes inconcebibles, los dirigentes de la U se equivocaron categóricamente en la elección del rival a enfrentar: Nacional es un equipo detestable que no sólo se dedicó a golpear de forma artera, sino que además se consagró a hacer tiempo durante todo el partido. Se supone que un pleito de carácter festivo debe ser protagonizado por oncenas que, efectivamente, otorguen un espectáculo vistoso; sin embargo, con los uruguayos aconteció todo lo contrario porque inexplicablemente decidieron especular y agredir a mansalva. Qué más podía esperarse de un plantel dirigido por Gallardo, la gallina intragable. Por su parte, el árbitro Jorge Osorio cumplió una faena vergonzosa y brindó una hedionda clase de irresolución y pusilanimidad. ¡Osorio, tienes la obligación de proteger a los futbolistas chilenos! Otro imbécil en la lista negra.
Si ya existía una experiencia previa muy odiosa con Nacional en la Copa Sudamericana, fue muy estúpido exponer el físico de los jugadores azules contra la consabida mala intención de un conjunto anodino y rudimentario. El planchazo del retardado de Boghossian a Charles Aránguiz es la confirmación de semejante estupidez: bien pudo haberlo fracturado y la U hubiese perdido a uno de sus valores más relevantes.
Para esta clase de exhibiciones deben escogerse equipos que desplieguen un fútbol más estético: brasileños y colombianos, por ejemplo. Esperemos que los dirigentes hayan aprendido la lección y que la próxima vez dejen la ingenuidad bajo llave.
Pese a que recién está entrando en juego, esta nueva Universidad de Chile mostró muchas cosas interesantes: Sampaoli tendrá más herramientas por las bandas, no perdió la potencia defensiva y obtuvo mayor velocidad en la zona de tres cuartos de cancha, área en la que Pedro Morales podría prevalecer considerablemente. De hecho, este jugador solucionó la única falencia de la U 2011: la ejecución de los tiros libres.
Son muchos los desafíos que tiene este equipo y la vara quedó muy alta, les jugarán de manera sucia y deberá tolerar arbitrajes inmundos. Sin embargo, aunque Sampaoli no esté conforme con lo exhibido ayer, el futuro se ve promisorio: hay más plantel y sólo está pendiente el arribo de un centrodelantero.
A no perder la calma, aunque la prensa bastarda aúlle como hiena y presagie inconvenientes espeluznantes, esta Universidad de Chile está en condiciones de volar tan alto como el año pasado.
Fuerza, amigos azules, y a no dejarse embaucar por los periodistas que inútilmente tratan de ocultar su cola de rata blanca.

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