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martes, 25 de septiembre de 2012

Mucha agua bajo el puente


Luego de un silencio forzoso, volvemos a la carga con la actualidad de la Universidad de Chile. Es necesario un breve resumen que luego pasaremos a desglosar: en medio de las disputas rascas promovidas por Borghi, la ANFP y un titubeante directorio azul, la U debía vencer a Cobreloa en Calama para alcanzar a Rangers y así lo hizo. Luego, Jorge Sampaoli optó por rotar el equipo para disputar la excéntrica Copa Chile y eso propició el debut de muchachos que ni en sueños imaginaron un estreno tan prematuro. Luciano Civelli anotó el empate en Talca en los últimos minutos y mantuvo a la U en el primer lugar. Finalmente, el sábado, y otra vez en el epílogo, un resucitado Francisco Castro le dio la igualdad a los azules en Valparaíso, ciudad en la que fueron apedreados por hordas de pungas. Vamos por parte:
  1. El escándalo con el cabeza de chancho: este altercado fue rasca y gratuito, pues el genial DT de la selección no pudo razonar de manera funcional. ¿Era realmente tan complicado recibir a los jugadores de la U un día después? Hizo declaraciones prepotentes al respecto y, en suma, fue intolerante con una situación netamente deportiva cuando en otras ocasiones ha sido condescendiente con las francachelas. De hecho, las autorizó teniendo un partido eliminatorio por delante. El pleito con los colombianos fue un desastre, ni siquiera fue capaz de armar un bloque defensivo cuerdo y utilizó a cumas que se hacen expulsar en el primer tiempo como si fueran primerizos imbéciles. Para más remate, desde que perdió ante los cafeteros no ha tenido las agallas para hablar con la prensa. Borghi es un farsante insolente que se está haciendo millonario en un país cuyo sueldo mínimo ni siquiera alcanza los 200 mil pesos. No en vano es ídolo del eterno ladrón.
  2. El encuentro en Calama fue muy trabado y la U no sólo ganó, sino que además recuperó el terreno perdido tras la caída ante Unión Española y el empate ante O’Higgins. Lo más destacado de esta victoria fue el hecho de que Jorge Sampaoli se llevó los tres puntos pese a no poder contar con José Rojas, Eugenio Mena, Matías Rodríguez, Igor Lichnovsky, Sebastián Martínez, Luciano Civelli, Sebastián Ubilla y Waldo Ponce. Obviamente, el periodismo omitió esta información y se limitó a asegurar que el triunfo azul había sido injusto.
  3. Copa Chile: el cuerpo técnico por fin decidió darle descanso a los titulares y rotar la oncena para no extenuarla antes de tiempo. En el empate ante Wanderers debutaron Juan Ignacio Duma y Fabián Carmona. También se destacaron Sebastián Leyton, Bernardo Cerezo y John Santander. Los porteños dominaron el balón pero fueron los azules quienes siempre estuvieron arriba en el marcador. Jorge Sampaoli utilizó la misma lógica ante Santiago Morning e igualó 3 a 3. La U caía 2 a 0, jugó Waldo Ponce y el gol del empate final lo marcó Eduardo Morante. Parece que, definitivamente, este campeonato sólo será disputado por suplentes y juveniles. Nos parece sensato.
  4. Rangers 2 – Universidad de Chile 2: el partido estaba controlado y la U ganaba con un golazo que idearon Gustavo Lorenzetti y Guillermo Marino. Sin embargo, a Albert Acevedo le ganaron la posición en una jugada básica y los talquinos lograron la paridad. En el segundo tiempo, el pésimo árbitro Eduardo Gamboa inventó un penal para los locales y los azules quedaron abajo en el marcador. Cuando el partido se iba y gracias al enésimo desborde de Eugenio Mena, Luciano Civelli consiguió el empate tras anticipar a Peric.
  5. Wanderers 2 – Universidad de Chile 2: la U naufragó en defensa durante gran parte del encuentro. Los azules se exponen demasiado ante rivales que se juegan la vida y que ya conocen la intrepidez casi irreflexiva de su esquema táctico. Esta vez los porteños ganaban 2 a 0 quedando 7 minutos, pero la U logró reaccionar gracias a dos jugadas puntuales que tuvieron a Francisco Castro como protagonista. Ojalá el delantero recupere el nivel que exhibió el 2011.
Mucho patán iluminado de la prensa asegura que la U ya no es la misma de antes, creyendo que con semejante comentario están realizando un descubrimiento majestuoso. Pero, para su pesar, sólo se trata de una obviedad cretina: de la Universidad de Chile se han marchado Felipe Seymour, Edson Puch, Eduardo Vargas, Gustavo Canales, Marcos González, Diego Rivarola, Gabriel Vargas, Esteban Conde, Junior Fernandes, Raúl Ruidíaz, Emilio Hernández, Marcelo Díaz, Felipe Gallegos y Ángelo Henríquez: ¡14 jugadores en un año! Así las cosas, es imposible que la U mantenga inalterable su manera de jugar. A esta acentuada emigración debemos sumar el hecho de que llegar a la Universidad de Chile implica un reto mayor: adecuarse a una disciplina de alto rendimiento. Muchos jugadores no logran este acondicionamiento y, por lo tanto, las piezas que se marcharon no pueden ser reemplazadas del todo, lo que a su vez genera desgaste en una oncena que no rota todo lo que debiera. Otro factor de disimilitud es el propio éxito del club durante el período de Jorge Sampaoli: como todos los futbolistas del medio nacional desean arribar al cuadro azul, se juegan la vida cada vez que lo enfrentan y eso es normal. Otro elemento a considerar es la participación constante en campeonatos continentales, lo que incide en cierta desmotivación cuando se trata de disputar la fase regular del torneo criollo: cuando la U empató con Santos en Santiago sólo tenía dos encuentros oficiales en el cuerpo y así y todo hizo un buen partido ante un rival de primer nivel, eso demuestra que los azules están enfocados en logros más ambiciosos y que son capaces de hacerles frente. En fin, son demasiadas las circunstancias que explican la presente irregularidad, pero creemos saber el principal motivo de este fenómeno: el natural proceso de adaptación ante el constante éxodo de sus figuras. La Universidad de Chile está en una fase de acomodación, evolución que debiera concretar a fines de octubre.


1 comentario:

  1. Comparto plenamente todo el análisis. Es obvio que un equipo que se ha acostumbrado en los últimos años a disputar torneos continentales no sólo para participar, sino para disputarlos con reales aspiraciones de ganarlos, no refleje en cancha igual motivación cuando disputa partidos de "playoffs" del obsoleto torneo nacional, casi intrascendentes desde un punto de vista práctico. La U ya tiene asegurado su concurso internacional del próximo año en Copa Libertadores y, salvo por el rebuscado nuevo reglamento que impide a un club nacional disputar dos torneos internacionales en un mismo año a no ser que gane la "Copa Chicle", sólo se juega el honor de callar a los hocicones de la prensa chocarrera y seguir sumando títulos en la medida de lo posible. Claro, porque cuando se disputan torneos duros afuera, con reales posibilidades de ganar, se torna bastante más complejo mantener la hegemonía absoulta que hasta ahora se ha ejercido. Es normal y hasta sano si no se gana nuevamente un torneo, pues puede dar respiro a un largo y desgastador proceso de triunfos. Con todo, la U sigue y seguirá siendo protagonista, por más que muchas urracas carroñeras se empeñen en desmerecer el papel que ha representado la U para el fútbol chileno a nivel mundial.

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