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martes, 1 de noviembre de 2016

Copa Chile: Universidad de Chile 3 – UC 3

En esta horrorosa llave, la dupla Castañeda-Musrri quedó en deuda y cometió los típicos errores de los entrenadores chilenos: le quitaron explosión al equipo, insistieron con jugadores que ya no rendirán y relegaron a quienes no debían. Por una misteriosa razón, repitieron el esquema que había fracasado en el partido de ida, salvo por el irresponsable y suspendido Jara, y obviamente se reiteraron las antiestéticas falencias.
Es urgente que el cuerpo técnico se dé cuenta de una buena vez que gente como Fernández y Reyes son suplentes, su rendimiento cada vez es más bajo y su presencia genera asco. Por si fuera poco, crean desequilibrio: como Reyes no marca, no corre y comete errores fatales, Shultz debe cubrir una zona muy extensa y a eso se debe que la U no quite ninguna pelota en el medio. Fernández, por su parte, pierde balones y se queda parado, provocando contragolpes y la molestia de sus compañeros. Otro que debe perder la titularidad para siempre es el impresionante Vilches: un verdadero peligro con la pelota en los pies; para más remate, perdió tres veces la marca y eso causó los 3 goles en contra y la eliminación. Ni siquiera tiene nivel para la Primera B.
La U sólo tiene dos mediocampistas que son capaces de generar juego: Maturana (lesionado) y Lorenzetti, por eso es inconcebible que este último no haya sido considerado, más aún si Castañeda fue un volante de creación. Aquello sólo demuestra tozudez e ignorancia, pues hay momentos en que todos los pases azules son errados, ¡todos! Sólo el pequeño rosarino tiene la magia para convertir los ladrillos, zapallos y escombros en un balón de fútbol.
Los dos delanteros de la U no tienen condiciones atléticas para competir y una de las pocas soluciones consiste en lanzar a Rodríguez definitivamente como puntero, pues al menos tiene cabezazo y se atreve a rematar; de esa forma, sólo se emplearía a uno de los dos vagos que hoy en día gozan de una injusta titularidad. La otra opción es acudir a Briceño y Taiva juntos, pero la dupla de estrategas no se atreverá.
Seguir insistiendo en la pobreza técnica del plantel sería reiterativo, lo que sí se puede esperar es que las señales que provengan del cuerpo técnico sean claras: los jugadores flojos deben excluirse y en la oncena titular deben estar presentes los menos malos.
La actitud de Jara y Beausejour ya es intolerable, pues está claro que sólo usan a la U como gimnasio para estar disponibles para la selección. El primero se hace expulsar apenas puede para evitar lesiones y el segundo juega todos los partidos a media máquina. La verdad es que dan vergüenza.
Sobre la UC, sólo consignar que se trata de un equipo de colisas: magnificaron faltas durante los 90 minutos y abusaron de la estúpida norma moral del juego limpio. En este sentido, Fuenzalida se tituló de farsante: se hizo el lesionado y se paró de inmediato cuando su equipo recuperó la pelota. Seguramente tomó clases intensivas en el fútbol argentino. Pobrecito.
En fin, se viene una tremenda debacle propiciada por estos dirigentes mediocres que manejan el club como si fuera una multitienda, que no consideran los códigos deportivos que deben regir y que continuan desechando las divisiones menores porque no le reportan beneficios económicos: más les conviene rotar vagabundos, pues sólo así ganan las chauchas que tanto anhelan.
En este momento, la U se asemeja a equipos europeos como el Inter y el Chelsea: clubes sin identidad que sólo son una amalgama de mercenarios poco comprometidos. Incluso, en algún instante conformaron sus oncenas prescindiendo de jugadores nacionales. Haciendo una analogía, la U hace algo parecido cuando sólo incluye a un solo jugador formado en casa: Nicolás Ramírez. Curiosamente, es el mejor defensor.
De todas maneras, hay olor a potrero.



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