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viernes, 15 de agosto de 2014

Iquique 2 – Universidad de Chile 2

Todo lo bueno que había exhibido la U en los cuatro partidos anteriores hoy día se fue al carajo: equipo largo, impreciso y torpe, con un rendimiento individual lamentable. Se perdieron todas las segundas pelotas, se fallaron pases y goles ridículos y los anodinos de siempre volvieron a su exasperante realidad: ya basta de condescendencias, Ramón Fernández, Sebastián Ubilla y Enzo Gutiérrez no son jugadores para la U. Es un misterio el ingreso de este último en todos los partidos: ¿qué cresta le ve Lasarte? ¿O somos todos imbéciles y no nos damos cuenta de sus misteriosas condiciones? Mal partido de Mathías Corujo, Osvaldo González, Patricio Rubio y Gonzalo Espinoza. Si Cristian Suárez, por su parte, desea afianzarse, no debe olvidar que ya no está pichangueando en Calama: más allá del sospechoso celo del indio Gamboa por cobrar un penal absurdo, Suárez no puede prestarse como chivo expiatorio con agarrones estúpidos e improductivos; además, sobre el final de los 90 minutos, originó un corner ridículo con su corsaria pata de palo.
Ya habíamos hablado de la permeabilidad aérea en el artículo anterior: el primer gol en contra es impresentable porque la zaga no hizo nada para evitar el cabezazo. Un equipo que comete estos errores no puede ser campeón de nada. Se fue Marcos González y este problema no se solucionó jamás.
De no mediar la calidad de Herrera y Canales, quien no jugó bien, más la mediocridad de los delanteros antagonistas, este pleito se terminaba perdiendo de forma ignominiosa.
En fin, quienes pregonaban que serían los clásicos los que obrarían como barómetro para los azules, deben reconocer que la verdadera medida de este cuadro ha sido el lastre que aún debe arrastrar: sólo fue posible limpiar la mitad del plantel y algunas lauchas aprovecharon la distracción para esconderse en la madriguera y perpetuar sus defectos en el primer equipo. Si Ubilla se asusta luego de jugar un buen partido, más vale que entre Duma; la salida de Fernández es urgente (sus goles de mierda no alcanzan si se pierde uno debajo del arco, si retarda el juego y si deja sus tiros de esquina en el primer palo), así como lo es el ingreso de Lorenzetti; Benjamín Vidal estaba jugando muy bien cuando fue relegado por José Rojas, merece otra oportunidad; también están disponibles Joao Ortiz, Guzmán Pereira y Bryan Cortés. El caso del uruguayo es extraño, pues más vale tener un jugador con pierna fuerte que un vagabundo como Fernández, que hoy se escondía del juego como si el balón tuviera caca.    
Creíamos que Lasarte ya había dado con la fórmula, pero ahora sabemos que su trabajo recién está comenzando. Él mismo lo dijo. Por lo pronto, luego del triste desempeño de hoy, las ilusiones del título quedan relegadas a la reacción que pueda mostrar la oncena en el próximo partido. De lo contrario, será otro maldito semestre de transición. Todos sabemos quién es el concha de su madre al que se lo debemos agradecer.



1 comentario:

  1. Mal partido creo que nuevamente se pago el utilizar a un lateral izquierdo que no maneja el puesto.
    Se abuso del pelotazo cuando quedaba tiempo para jugar a ras de suelo.
    Lo positivo es que se rescato un punto

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