Vistas de página en total

martes, 12 de junio de 2012

Universidad de Chile 2 – Cobreloa 1


Algunos hinchas han criticado la inclusión de Marcelo Díaz y de Charles Aránguiz en el pleito de anoche; sin embargo, considerando que los nortinos jugaron un partido correcto en el que incluso tuvieron un par de llegadas claras, la decisión de Jorge Sampaoli fue sumamente adecuada: la presentación de un cuadro demasiado alternativo no garantizaba la clasificación y era muy importante viajar a Buenos Aires como semifinalista del torneo nacional, pues aquello le dará aún más seguridad a la oncena y acrecentará su necesidad de concentración. Presentarse en Argentina con el cartel de eliminado no era conveniente y siempre es más beneficioso librarse de los obstáculos ganando.
La resolución del DT azul fue muy oportuna por cuanto el riesgo de llegar a estas instancias y quedarse sin nada es alto: ya lo sufrieron Liga Deportiva Universitaria y Vasco da Gama el año pasado. Si la Universidad de Chile ha hecho un esfuerzo extraordinario para llegar a este sitial debe defender su condición con las mejores armas y el reemplazo de las piezas fundamentales tiene que ejecutarse de manera racional, sin regalarle nada a nadie. Cuando Miguel Ángel Russo llegó a las semifinales de la Copa en 1996, abandonó por completo el campeonato chileno y la consecuencia fue nefasta: la U no jugó torneos continentales el ‘97 y René Orozco decidió bajarle el nivel al cuerpo técnico y al plantel, sentenciando una mediocridad perenne que duró 15 años. De estas idioteces hay que aprender.
Buen partido de Acevedo, Lichnovsky, Cereceda y Marino, aunque lo más destacado, además del golazo de Ángelo Henríquez, fue el ritmo que impuso la U durante los 90 minutos. Sólo luego del empate hubo un breve momento de vacilación.
Obviamente, la victoria ante Cobreloa implica el incremento de las responsabilidades, pues ahora figuran las ratas blancas como antagonistas locales y, además de estar descansadas, seguramente querrán vengar la ignominiosa derrota del clásico anterior. Habrá que presentarse en la covacha de Macul con trampas para ratones y con talismanes para conjurar la ordinariez: recordemos que la última vez que los azules visitaron el estadio de Pinochet fueron recibidos con bolsas de orines y con escaramuzas marginales subvencionadas por la directiva “arba”.
Se viene Boca Juniors el jueves y existe tranquilidad y alegría en el ambiente: pase lo que pase, los azules desplegarán su habitual fútbol ofensivo y lucharán en conjunto por la consecución de sus metas. La Universidad de Chile se encuentra en una circunstancia histórica que hasta ahora se ha concretado en títulos y que al parecer se proyectará más allá del horizonte.
Un saludo a todos y a disfrutar de este gran momento.
¡Viva la U, mierda!

No hay comentarios:

Publicar un comentario