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jueves, 26 de abril de 2012

Universidad de Chile 4 – Antofagasta 0


La U definió el partido con goles de camarín y Jorge Sampaoli ya puede contar con dos formaciones igualmente efectivas que le permitirán dosificar el plantel ante las complicadas empresas que se avecinan: Copa Libertadores y play offs.
Al igual que en el torneo de clausura 2011, da la impresión de que el equipo alternativo de la Universidad de Chile posee cierta agilidad aún más inescrutable para los rivales, tal vez porque el juego de la oncena titular -al ser tan definido- causa una lectura más lógica y anticipa una contraposición conservadora y mezquina que dificulta la precisión.
Antofagasta fue un adversario demasiado discreto que sólo emparejó el trámite durante cierto lapso del primer tiempo, luego se cansó y sencillamente se jugaron 20 minutos de más.
Esta superioridad que esta exhibiendo la U jamás debe generar arrogancia en los hinchas de un club que sufrió la agonía deportiva e institucional, por el contrario, sólo debe motivar un sano orgullo porque es el resultado de una labor seria que posee como estandarte un trabajo aeróbico de primer nivel: la Universidad de Chile es uno de los equipos sudamericanos mejor preparados físicamente. Mérito de ese gran profesional que es Jorge Desio.
Lo más destacado de este pleito contra los nortinos fue la incorporación de Igor Lichnovsky, cuya altura es urgente en la zaga, el nivel cada vez más óptimo de Roberto Cereceda y de Guillermo Marino, la recuperación paulatina de Francisco Castro y de Felipe Gallegos, y la ratificación goleadora de Ángelo Henríquez. Estos elementos señalan un futuro prometedor.
Ahora se viene el clásico contra las ratas blancas y de no mediar la efervescencia que engendra este partido, la U debiera ser práctica y utilizar un cuadro alterno contra estos indeseables: el compromiso en Quito es el jueves, hay altura de por medio y el equipo ecuatoriano es muy complicado como local. Pero en fin, el plantel y el cuerpo técnico están lo suficientemente preparados para esta clase de situaciones y nos ha dado muchas pruebas de que debemos confiar en sus condiciones.
Las ratas blancas jugarán al contragolpe y abusarán de la provocación. Los azules, por su parte, deberán desplegar su habitual presión y volumen ofensivo, mantenerse impasibles y no caer en los trucos sucios de un rival mediocre. Ya existe experiencia al respecto luego de enfrentar a uruguayos y argentinos en las Copas continentales. De jugar a jugar la U es más y tiene que demostrarlo en el marcador.  
Un abrazo a todos los azules.
¡Fuerza y concentración para derrotar al equipo de Pinochet!

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