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jueves, 3 de mayo de 2012

Deportivo Quito 4 – Universidad de Chile 1


Sabíamos que este sería un partido muy difícil, pues Deportivo Quito es un equipo ágil que aprovecha las singulares condiciones que posee como local: una cancha impresentable a 2.800 metros de altura.
Jorge Sampaoli optó por mantener una línea de 3 zagueros y pelear la posesión de la pelota en medio campo; sin embargo, Carlos Ischia evitó esta confrontación y escogió la salida rápida con profundas habilitaciones en diagonal, precisamente para generarle problemas a una defensa azul despoblada cuyos zagueros debían afrontar mano a mano a delanteros que ya venían lanzados por las bandas.
El resultado de hoy es una dura lección para el cuerpo técnico de la Universidad de Chile: como visita es más conveniente mantener una línea de 4 en el fondo, de esta forma pueden enfrentarse con más equilibrio las propuestas conservadoras de los conjuntos que, pese a jugar como local, se agrupan atrás. Además, debe considerarse que todos los rivales de la U ya saben que Sampaoli saldrá a atacar y tienden a replegarse para no ser sorprendidos.
Llama la atención que los medios periodísticos chilenos sostengan que Deportivo Quito fue inmensamente superior en el trámite del pleito, cuando en realidad sólo fueron eficaces al instante de definir: 3 de los 4 goles fueron contraataques certeros que se concretaron gracias a la orfandad de la zaga y el gol de cabeza fue un descuido infantil.
El verdadero análisis de esta derrota se relaciona más con el exceso de audacia del estratega azul: Sampaoli salió a jugar de igual a igual desdeñando la altura ecuatoriana y en lugar de mantener un marcador abordable elaboró una maniobra ofensiva para adueñarse de la retaguardia quiteña, lo que efectivamente consiguió con los cambios realizados en el segundo tiempo, pero a la vez arriesgó demasiado y se llevó dos goles gratis que complican el panorama.
Ahora bien, ¿es tan descabellado pensar que la Universidad de Chile puede dar vuelta la serie? Por supuesto que no, esta noche Deportivo Quito sacó una buena diferencia en el territorio adonde se siente más cómodo, pero el próximo jueves debe jugar en el enclave azul y no tendrán la altura a su favor, la cancha estará rápida y la U podrá desplegar su característico ritmo ofensivo basado en toques de primera, lo que hoy fue imposible debido al vergonzoso estado del césped.
La revancha de este encuentro es el desafío más importante del semestre porque marcará un antes y un después: si este plantel logra clasificar dará un paso inestimable para su experiencia deportiva y logrará salvar una situación inédita en el ámbito continental, pues en la Copa Sudamericana que ganó jamás debió restablecerse de una derrota.
Aconsejamos desestimar al periodismo nacional porque está plagado de ignorantes, imbéciles y ratas blancas que aún están afligidas por la bochornosa goleada del domingo. Hay que ver este reto como una oportunidad de crecimiento y no como una tragedia o una decepción, que es lo que están planteando estos gusanos pesimistas. En la historia del fútbol abundan las hazañas y hay que confiar en que este equipo extraordinario será capaz de franquear esta situación. Cuando se le ganó la final a la UC en el Torneo de Apertura 2011 la tarea era igualmente compleja y de jugar a jugar el equipo de la oligarquía era mucho más que estos ecuatorianos.
Ojo con el gol de visita anotado por Matías Rodríguez, pues puede llegar a tener una relevancia insospechada.
La U posee una presente saludable que le permite proyectarse como un grande de Sudamérica y un revés como el de hoy no alterará sus planes. Se cuenta con un cuerpo técnico admirable y valiente que, lejos de establecer esquemas miserables, sale a ganar en cualquier parte. La derrota en Quito debe robustecer el coraje porque los muchachos perdieron jugando como hombres y no como ratas. Hubo errores fomentados por un entorno escabroso y por la propia intrepidez; sin embargo, esta oncena ha demostrado que sabe reaccionar, más aún cuando tiene ánimos de desquite.
Un abrazo para Jorge Sampaoli, Sebastián Beccacece, Jorge Desio y todo el plantel azul, el Estadio Nacional los está esperando para rugir en su honor.

2 comentarios:

  1. ¿La altura dijiste? Y cuando le ganaron a Liga de Quito en Quito, ¿no había altura? Además la cancha era para los dos equipos, o es que el otro volaba. No viste la goleada a Chivas que también es de altura? Mal perdedor ymal comentarista es lo que eres.

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  2. Oye ratita blanca, me parece extraño que te entrometas en los sitios azules y más aún escribiendo como anónimo: cobarde.
    Como es fácil descalificar a los demás escondido como una laucha, te envío algunos nombres de roedores famosos para que escojas uno y lo utilices en los foros: Jerry, Mickey, Speedy González, Dixie, Pixie y otros más modernos por si eres un impúber: Stuart Little, Daly, Pikachu y Pinky (Cerebro no porque el apelativo te quedaría grande).
    Respecto de tu comentario sólo reafirmo lo dicho: sí, la altura afectó el desempeño de la U y eso hasta los medios periodísticos ecuatorianos, incluyendo a Ischia, lo reconocen.
    Infórmate un poco más y ponle freno a tus arrebatos para que no se te suelten las trenzas, María. ¿Puedo llamarte así? Es un nombre hermoso que además posee connotaciones bíblicas.
    ¿Mal perdedor y mal comentarista me dices? Jajaja, se nota que hablas por la herida. En realidad, 5 pepinos perturban a cualquiera. Lo más sano es que no te aparezcas más por aquí porque te vamos a subir al columpio hasta que nos aburramos. Jajaja.
    Seré muy sincero contigo: va a ser muy difícil que encuentres este nivel de argumentos y de redacción en otro lugar. Somos gente instruida que ha leído mucho y que se desempeña como profesional en labores literarias. No te metas en la casa de los perros grandes, por favor, tu territorio es el de los medios de comunicación convencionales. Ahí brillan los burros que juegan de incógnitos.
    Ya indiecito fulero, chao y anda a bañarte porque hasta acá se huele el olor a chancho.

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