La validez del viejo dicho “los equipos se arman de atrás para adelante” quedó ratificada ayer. Los azules sufrieron una especie de regresión a los peores momentos de local en el pasado campeonato de apertura. La importancia que adquirieron los cambios en la zaga desde la integración de los González fue enorme y no se puede soslayar. Lamentablemente, la U no tiene por ahora relevo equivalente para estos jugadores. No voy a detenerme a juzgar el desempeño individual de los suplentes pues acordamos blindar a nuestra gente en este blog. Lo anterior a causa de las insolentes declaraciones emitidas por los peleles de Basay, Caszely y Paredes.
Muchas situaciones del juego mostraron cierto relajo, lo que llevó a complicar en demasía la tarea de ganar otro de los partidos que en el papel aparecen como una obligación. Ciertamente la ausencia de gran parte de los titulares terminó por afectar el funcionamiento colectivo al que nos traía acostumbrados la oncena estelar. El equipo visitante tuvo la oportunidad de salir a buscar el triunfo; sin embargo, su DT optó por incorporar a un defensa cuando tenía el control del partido y disponía de dotación completa (más tarde sufrió una expulsión). Esta actitud es algo recurrente en los clubes de menor tamaño y se convierte en un síndrome fatídico para las aspiraciones de alcanzar un nivel de protagonismo superior. La U terminó respondiendo a su categoría y sacó adelante un complicado encuentro, propinándole una derrota al cuadro que goleó a las vedettes de Sodoma en el Santa Laura.
Esperemos recuperar a la U que vapuleó a Nacional de Montevideo en su cancha; ese será el nivel de juego necesario para dejar en el camino a Flamengo.
Este fue un partido extraño en el que la U se enredó y que perfectamente pudo haber perdido, de no mediar el ratoneo de los rivales. Los jugadores demostraron cero motivación, salvo Matías Rodríguez. Sin duda alguna estaban pensando en Flamengo. Tal vez en lo sucesivo Sampaoli deba optar derechamente por hacer jugar al mismo equipo que derrotó a los pungas de Alianza en esta clase de compromisos.
ResponderEliminarConsiderando que con este resultado la U ya está clasificada a los Playoffs, tiene mucho sentido la idea de Andrés, salvo los partidos con los indios y monjas. Y respecto del partido contra La Calera, me gustaría destacar al joven Castro que demostró no solo con un valioso gol su importancia y vigencia si no también su valentía al continuar jugando los minutos finales a pesar de aquel violento golpe en su cadera. Grande Castro.
ResponderEliminarSí, Juan Pablo tiene razón, Castro también merece ser destacado: es valiente y caradura. Con un poco más de envergadura, que al parecer se la están trabajando, se convertirá en un delantero de primer nivel. Creo que en estos partidos debiera jugar el ruso Lichnovsky, pues se sufre mucho por arriba cuando falta alguno de los González.
ResponderEliminarOtro aspecto que comentábamos viendo este partido, es que no existe doble lectura para el biotipo que deben tener los defensas centrales. Definitivamente tienen que ser hombres altos y físicamente contundentes. Ojalá el cadete Lichnovsky ascienda pronto al primer equipo y se consolide como reemplazo equivalente de los González. De otro modo, es perentorio contratar otro central idóneo para no desequilibrar demasiado al equipo cuando pierde a sus zagueros titulares.
ResponderEliminarY ojo: este detalle de los zagueros idóneos es muy delicado cuando se juegan torneos internacionales: un error es un gol, así de simple. Para más remate, los saqueos de rigor y los fenómenos extraños hacen aún más difíciles las cosas: recuerden a los guardalíneas que últimamente ha debido tolerar la U (Alianza, Fénix y Nacional)y las balaceras de western en Venezuela. El poder mental también es importante para zafar de los ladrones y de la presión externa.
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