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domingo, 4 de diciembre de 2011

UNIÓN ESPAÑOLA 0 / UNIVERSIDAD DE CHILE 1


Se preveía un partido complicado frente a un rival que cuenta con buenos jugadores, aunque insípido en todo sentido. Más adelante explayaré esta sentencia. No cabe duda alguna de que la U tiene la mente en la final de la Copa Sudamericana: el juego desplegado hoy no tuvo siquiera asomos de lo que el mundo ha visto en el ámbito internacional. Sampaoli apostó a mantener en cancha buena parte de la plantilla titular y puso a descansar a otros cuantos. Definitivamente hay jugadores imprescindibles en el armado futbolístico, del que tantos se han maravillado, y cuya ausencia repercute en un despliegue que difiere bastante del óptimo conocido. Sin perjuicio de lo anterior, el plantel consigue imponer sus términos incluso jugando mal. En auxilio de esta falencia, aparecen el compromiso, la bravura, la supremacía física y el sello de la institución.
Retomo la idea que dejé pendiente. Unión Española lleva un largo tiempo con el mismo cuerpo técnico comandado por José Luis Sierra, invirtió en buenos jugadores y aun así clasificó a duras penas a la fase de eliminación. Los rojos perdieron los últimos 5 partidos jugados contra la U. Hoy tuvieron en frente a un equipo que se está jugando algo grande a nivel internacional, que probablemente está con un desgaste mayor que su rival de turno y cuyo énfasis está sin duda en el torneo sudamericano. Con todo, los colorados nuevamente sucumbieron ante la Universidad de Chile. Y para más remate, los perlas fijaron precios exorbitantes para ingresar al estadio, pretendiendo acaudalar sus arcas a costa del inmenso arrastre azul. Ni siquiera fueron capaces de llenar su recinto con su propio escaso público, sencillamente patético. ¿Por qué hago todo este preámbulo? Para intentar explicarme el llanto amariconado luego de perder por quinta vez consecutiva con la U. Mezcla de impotencia y frustración así como una tremenda incapacidad de autocrítica. No es primera vez que Sierra termina gimoteando como primitivo enjaulado, en vez de asumir su falta de capacidad para ganar en instancias importantes (además pierde siempre con la UC y el equipo de Pinochet). A esto debemos sumar el circo pulgoso del periodismo albino, que ha desatado tremendo escándalo pretendiendo endosar la responsabilidad de la derrota panadera al árbitro Bascuñán. Seguí este partido por el CDF y en ningún momento Rodrigo Goldberg, hombre respetado, decente e inteligente, emitió tal tipo de comentarios envidiosos y sacados de un retrete maloliente. Los genios de radio ADN se encargaron de exacerbar tal postulado, basados en su propia ignorancia futbolística. Insoportable el pedante de Rodrigo Sepúlveda, que intenta proyectar sabiduría y genialidad consiguiendo sólo graduarse de payaso perteneciente al ya citado circo. Veamos lo que tanto alegan y descompone a estos descarados: gol anulado a Sebastián Jaime. Había que revisar si lo que entró al arco era la pelota o la cabeza de Sebastián Martínez. Jugada peligrosa y cobro totalmente ajustado a reglamento. Recuerdo perfectamente un gol anulado al “Bombero” Ibáñez frente a la UC por idéntica jugada. Pero claro, como el margen para los rojos era nulo, cualquier situación de esta naturaleza los enfervorizaría para tratar de validar un vicio. Esa misma jugada en mitad de cancha se cobra tal como se cobró y pasa inadvertida. La jugada del gol azul es también profundamente resistida por los miembros del circo elevándola a categoría de saqueo. Eugenio Mena disputa un balón y lo gana limpiamente para luego enviar el centro que termina en el fondo del arco hispano. Si se reclama como falta el momento en que las piernas de Mena y el jugador que lo marcaba se enredan, es sólo por la tirria incontenible de personas que no toleran ver a la U ejerciendo supremacía. No saben nada de fútbol. Mena fue más fuerte que su marcador y punto. Invitamos a toda esta legión de ignaros insolentes a dignificar su profesión o a morderse la lengua para que dejen de vociferar tanta idiotez.
El hecho es que la U sigue dominando el plano local y se encuentra ad portas de un hito extraordinario no tan sólo por la posibilidad de ganar, sino también por la impecable forma en que llegó a la final. Desde esta tribuna le enviamos al plantel nuestro respeto, admiración, agradecimiento y confianza en lo que se puede concretar el miércoles 14 de diciembre.

1 comentario:

  1. Sufrí el relato de ADN Radio y fue un ejercicio de masoquismo puro. Las ratas blancas están inflitradas en todas partes y su insolencia ya está dando pie para que comience la era de la "patá en la raja" ante cualquier clase de provocación. Estos reporteros de medio pelo entrevistaban a los jugadores de la U con un preámbulo en el que hacían mención del gol anulado y de la supuesta falta de Mena en el tanto de Gabriel Vargas. Cuando la Universidad de Chile está bien los torrejas andan preocupados. Si bien esta clase de bajezas enfurece, en realidad hay que concentrarse en la final de la Copa. Vamos azules, la U siempre ha estado sola en este país de envidiosos y no será ésta la última vez.

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