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viernes, 30 de diciembre de 2011

UNIVERSIDAD DE CHILE 3 – COBRELOA 0

Universidad de Chile ha concretado el mejor año de su historia y de paso ha batido toda clase de récords: es el único equipo chileno en ganar tres títulos en una temporada, es el único equipo chileno en ganar la primera final internacional que disputa y es el mejor campeón sudamericano que ha habido alguna vez.
Es un momento de ensueño para quienes vivimos los días más amargos de la U: cuando la dictadura desvalijó su patrimonio y los buitres de turno la hundieron en el descenso. El tiempo pasó lentamente y la mediocridad parecía asentarse en el club. Mientras tanto, quienes sacaban provecho de las zarpas pinochetistas le enrostraban a los azules los hediondos títulos cosechados gracias a la subvención criminal. Aunque putos albinos como Guarello lo nieguen. Así, las ratas blancas emulaban la peor faceta de los psicópatas militares: el engreimiento perpetuo y el alarde mentecato de los que creen que el dominio mal habido dura para siempre. Sin embargo, el sueño opiáceo del eterno ladrón se ha esfumado y sólo quedan tristes rebuznos que constatan la envidia indecente de la escoria nacional.   
Vamos al partido final. Los primeros 15 minutos fueron trabados, con un rival que esperaba en campo propio y que pretendía acelerar cuando recuperaba el balón. Cobreloa cometió muchas faltas que se concentraban en la salida por el ala derecha de la U y sólo logró hilvanar jugadas interesantes en tres cuartos de cancha. Llamó la atención el celo de Enrique Osses por cobrar infracciones inverosímiles: un empellón de Lorenzetti a Roco en el que este último se lanzó como si fuese embestido por un camión. Luego del mentado lapso, la U se adueñó del encuentro y desplegó los ataques masivos que le dieron fama en toda Sudamérica. El primer tanto fue producto de los incesantes ensayos efectuados por Sampaoli: el pelotazo de Marcelo Díaz a Charles Aránguiz ya había sido ejecutado en el minuto 5, cuando la jugada fue muy mal anulada por el guardalíneas. En el gol de Canales, Aránguiz realizó un centro perfecto que debiera formar parte de un video aleccionador: el balón transitó sobre la línea del área chica como si el trazo hubiese sido dibujado por Guido Vallejos, el creador de Barrabases. Después llegaron los dos golazos que condensaron 10 minutos infernales para el contrincante. El segundo tiempo estuvo de más.
La rústica prensa deportiva se había dedicado a apestar en los días previos a este encuentro, utilizando las argucias dolosas que perpetró durante todo el año: dijo que la U estaba reventada y que se notaba el desgaste, que Nelson Acosta era imbatible en las finales, que los jugadores azules estaban molestos con tanta concentración y distraídos por sus ganas de emigrar, que había problemas graves en la directiva, que el gol anulado a Cobreloa en Calama había sido legítimo; en fin, reflejó la preocupación fúnebre de un medio periodístico cada vez más “arbo”: el color de las finadas vedettes de Sodoma. No les queda más remedio que rumiar su grosera mala clase.
Ahora la Universidad de Chile debe ser más inteligente que nunca: se fue Eduardo Vargas y es probable que también lo hagan Marcelo Díaz y José Rojas. Y la verdad es que tienen derecho a hacerlo porque ahora es su oportunidad, siempre y cuando el destino sea Brasil y no el macilento torneo argentino. El asunto es que sus reemplazantes deben ser superiores, sólo así semejante operación tendría sentido. Suena en estos momentos una oferta por Marcos González, pero este es un jugador imprescindible si se pretenden pelear con seriedad las Copas del 2012. Lo mismo ocurre con Johnny Herrera, Osvaldo González y Charles Aránguiz: son demasiado relevantes. Al parecer Gustavo Canales se queda y lo de Eugenio Mena está en duda porque Sampaoli lo quiere retener. En fin, hay ofertas por todo el plantel pero el DT quiere vender como máximo a 3 de sus figuras. Esperemos que sea su voz la que prevalezca y que los deportistas tengan conciencia de que ahora pertenecen al campeón de Sudamérica, título del que además fueron artífices.
Se acaba un 2011 teñido de azul, emocionante y esperanzador. Da la impresión de que la U al fin encontró su destino: el de convertirse en un grande del continente. Todo está bien encaminado para lograrlo e incluso el retiro de Rivarola parece tener un objetivo interesante: que se convierta en el aprendiz de un entrenador que se ha ganado el respeto en todo el orbe.
Feliz año nuevo a todos los hinchas y en especial a quienes siguieron este blog durante el segundo semestre. Un abrazo fraterno y que la estrellas azules los amparen. ¡Viva la U mierda!
   

3 comentarios:

  1. Cristobal Cornejo Sanchez31 de diciembre de 2011, 14:02

    AÑO INOLVIDABLE PARA UNIVERSIDAD DE CHILE!!

    EN LO ESTRICTAMENTE DEPORTIVO EL CUADRO AZUL REALIZO LA DEMOSTRACIÓN FUTBOLÍSTICA DE MAYOR NIVEL, ANTES EXPERIENCIADA. MOSTRO UN FÚTBOL TÉCNICO EN VELOCIDAD, CON EXCELENTE ESTRATEGIA DE JUEGO, ADEMAS DE UN CORAJE Y FRONTALIDAD FEROZ.

    UNIVERSIDAD DE CHILE TEMPORADA 2011, UN ANTES Y UN DESPUÉS EN NUESTRA HISTORIA!!!!!!!

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  2. Cristobal Cornejo Sanchez31 de diciembre de 2011, 23:20

    Dos detalles impresionantes de esta final:

    1.- Primer gol, y siguiendo el acierto de la pluma de nuestro redactor Andres, el pase del gran Charles Aranguiz es impresionante, parecido al pase en el mundial de 1994 de Bebeto al Monstruo Romario contra Holanda...

    2.- Tercer gol, tiro libre de Lusardi, la despeja Rodriguez de cabeza, y nuevamente prodigiosa habilitación de Aranguiz a Mena, que termina con el latigazo imparable de Matias Rodriguez.

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  3. Los goles de esta final con Cobreloa fueron preciosos. Ojalá sólo sea Eduardo Vargas quien parta al extranjero. Si se van Díaz y Pepe Rojas que se marchen a Brasil y no al devaluado fútbol argentino.

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