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martes, 27 de septiembre de 2011

PROYECTO COLECTIVO


Al terminar mi jornada laboral en el Centro de Salud Familiar Cienfuegos de Santa Inés, en Viña del Mar, intento estoicamente acudir a los conocimientos profesionales y personales para abordar las dificultades de la hermosa comunidad con la que tengo el privilegio de interactuar día a día. Esta actividad me permite vislumbrar los principios esenciales que debieran regir el sentido común y la vida cotidiana de nuestra sociedad: esos principios basados en el esfuerzo, la lealtad, el desinterés y la solidaridad.
Es del prisma recién mencionado que la alegría y orgullo emergen e inundan la esfera futbolística que acompaña al Pueblo Azul, pues el actual equipo de la Universidad de Chile demuestra orden, dedicación y, por sobre todo, el plus de depositar la mano de obra esforzada en un proyecto común: se dejan de lado egos, influencias y metas cuantitativas para sacar adelante una iniciativa deportiva que remece la masiva frialdad que impone el mundo individualista en el que estamos insertos.
Es por eso que refuerzo la importancia del sabio e inexorable principio del “correrlas todas”. Esta U privilegia el despliegue y la solidaridad por sobre el desempeño y el talento personales: es así como un superdotado como Eduardo Vargas recorre 30 o 40 metros para desbaratar avances rivales e inmediatamente retoma labores ofensivas. No en vano este delantero azul se ha convertido en una de las grandes explosiones futbolísticas de las últimas décadas.
Otro ejemplo es el trascendental despliegue de Charles Aránguiz, quien no da ningún balón por perdido y se impregna de un optimismo encomiable por ver cada jugada como una instancia propositiva para el tejido futbolístico azul.
Debo mencionar en esta misma perspectiva el superlativo nivel exhibido por Matías Rodríguez en los compromisos ante Cobresal, O’Higgins y Nacional de Uruguay: demostró la calidad e idoneidad suficientes como para ser parte imprescindible del cuadro titular. Es más, también ha enseñado grandeza: cuando está en la banca empuja y valora a quien está desempeñándose en su lugar.
Sin duda que las demostraciones futbolísticas del Titán Azul, en las que no existen espacios para la displicencia y el desgano, aportan a posicionar al actual plantel como un fiel reflejo de la esencia y el espíritu que ha representado históricamente la Universidad de Chile.
No puedo terminar este escrito sin mencionar la aproximación entre la utilización exquisita del borde externo en las definiciones que realiza Eduardo Vargas y las cátedras similares que brindó siempre el gran José Marcelo Salas Melinao.

Por Cristóbal Cornejo

1 comentario:

  1. La unión del grupo y la solidaridad de este equipo fueron premiadas con el título del apertura: como nunca antes la U comienza un ciclo teniendo como piso una campaña exitosa y heroica. A mantener la clase y a no convertirse en arrogantes, como les gusta a las albinas vedettes de Sodoma y a las niñas del cotillón.

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